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117 años del gran crujido

En mayo de 1901 León tembló al retirarse los andamios de la Catedral A la reapertura del templo vinieron dos ministros.

Imagen de la restauración del XIX; el menú de la Diputación para la reapertura y el anuncio del evento. ARCHIVO

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León

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verónica viñas | león

Mayo es un mes crucial en la historia de la Catedral de León. Se cumplen ahora 117 años de la reapertura del edificio, que a punto estuvo de desplomarse.

En 1857 comienzan a caer cascotes. El descomunal peso de la cúpula barroca hace temer el hundimiento del templo. Un año después la reina Isabel II vio ‘in situ’ el estado ruinoso de la Catedral y, meses después, concedió 150.000 reales para las obras de reparación del edificio gótico.

La providencial intervención de Matías Laviña y de su discípulo, Juan Madrazo, impedirá que la Catedral se precipite al vacío. Durante 14 años el templo se sostiene gracias a un complicado sistema de andamios. Pero llega el momento de «probar» la solidez de los arreglos. Se retiran todas las ‘muletas’. El pueblo leonés contiene el aliento. A continuación se produce un ensordecedor crujido. Arbotantes, columnas y muros parecen soportar el peso de la nueva cúpula, mucho más liviana que la barroca. La restauración ha sido «milagrosa», en palabras de Demetrio de los Ríos.

La iglesia de Palat acoge hasta el 10 de junio la espectacular exposición La gran restauración. Los proyectos arquitectónicos que salvaron la Pulchra, que permite descubrir a través de fotografías inéditas cómo fue aquella compleja rehabilitación.

La muestra permite ver la Catedral con el complicado sistema de andamiaje y apuntalamiento, antes del desmonte del hastial hasta el nivel de la terraza; en el mismo punto donde se ha colocado ahora un castillete de hierros para apear el rosetón central. Imágenes espectaculares que inmortalizaron todas las intervenciones que se ejecutaron a finales del siglo XIX. E. Mazo, por ejemplo, retrata el claustro convertido en un almacén de piedras. En otra imagen se ve cómo era el suelo del edificio, antes de su sustitución. El fotógrafo Germán Gracia editó para la reapertura al culto de la Catedral, el 28 de mayo de 1901, un cartón conmemorativo. Se preparó un solemne programa para la inauguración de la Catedral. El gobierno envió al ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, el conde de Romanones; y el ministro de la Guerra, el general Weyler, a pesar de que la batalla, en este caso, la ganaron los arquitectos. Los ilustres forasteros fueron agasajados por la Diputación con un almuerzo en el Palacio de los Guzmanes servido por el Hotel Rueda. El menú estaba escrito en francés. «León se llenó de forasteros, gracias a que la Compañía de los Caminos del Hierro del Norte aprobó precios especiales para los trenes con destino a León desde las estaciones de Palencia, Barco de Valdeorras, Gijón, Plasencia y Astorga», según explica el catálogo de la exposición de Palat.

Aquella restauración del XIX también tuvo su particular ‘Sueño de la luz’. Se hicieron acreditaciones para que grandes personalidades y gente pudiente pudiera ver la restauración ‘en directo’. La credencial rezaba: «Permítase la entrada al portador y personas que lo acompañen».