El orgullo de los leoneses se reivindica en Madrid

Eva San Juan, Begoña Pérez, Carlos Luxor y Fran de Gonari se cuelan con la discreción de los artistas grandes en una exposición incrustada en el día del orgullo. Coinciden sin saberlo cada uno al enumerar principios franceses si no fuera porque ojalá pertenecieran a todos y se aplicaran ya: libertad, igualdad, respeto, y, por si acaso, pongan otra de libertad, que nunca está de más. La fraternidad de los artistas se puede ver en Madrid, al lado de la estación de Pozo, no por casualidad lugar de recuerdo escalofriante aquel 11-M en el que estalló todo.

Gonari, personaje y persona a reivindicar en el León que circula sin padrinos, es el catalizador de todo. Carlos Luxor, Toñín Capricho o demás nombres propios que lo identifican, así lo define aunque hace un inciso y dice: «Fran está en tantos frentes desde tanto tiempo, ahora en teatro y en muchas cosas más, que se puede decir que es uno de los nombres fundamentales de la cultura en León», asegura el también Carlos Antonio Suárez Marcos, que trabajó con Fran de Gonari en los años en los que Madrid era Madrid: esto es, ciudad imparable.

Es decir, que si Gonari es alguien, lo demuestra ayer porque es el comisario de la exposición. O sea, catalizador de lo leonés pero ideólogo de la jugada. Y confirmado a tenor de cómo en esta ciudad los nombres que relucen a veces no coinciden con los que importan.

En un avuelapluma sobre qué pueden pretender estos leoneses en una exposición colectiva y en un señalado día del orgullo, su presencia en Vallecas hasta el 8 de julio en el centro cultural Paco Rabal, responde a la idea común de libertad y respeto.

Así lo expresa la artista leonesa Eva San Juan, que aunque prevalezca su faceta de fotógrafa a tener muy en cuenta, esta vez opta por el grabado y reivindica el contexto del aborto en cuanto a la mujer. Es decir: libertad cero a la hora de decidir, que es la realidad de las mujeres incluso ahora mismo.

Fran de Gonari pone por delante el nombre de Oscar Wilde, como motivación de su presencia y hasta casi como matrícula de inteligencia y sentido de la vida como algo aprovechable. Wilde es la motivación de su obra.

Más en concreto, Begoña Pérez es un caso de artista encantadora e inteligencia desplegable. Porque explica que «creo que todos los participantes somos artistas que pensamos en la libertad de ideas, la igualdad y respeto a todas las formas de sentir y vivir, siempre que se respete al prójimo», asegura, además de presentar en la exposición dos piezas sin título de 40x40 acrílico sobre tela de raya.

Los cuatro creen en el arte como mecanismo de crear sensaciones. E incluso en estos días calientes de orgullo internacional ni lanzan grandes frases ni se posicionan en el meollo.

Carlos Luxor cuenta que «la temática de la exposición es libre desde hace unos años. Yo sólo pinto abstracción, así que la imaginación al poder». También asegura, el también teclista, guitarrista y lo que le pidan de Los Positivos de Manuel Ortega, que la idea conjunta «es más participativa que otra cosa. El arte siempre debe de transmitir algo que sirva para hacernos pensar un poco mas allá», añadió. En definitiva, sin ser o no ser LGTBI, y sin preguntárselo, San Juan, Luxor, Gonari y Pérez son una especie de guardianes de nuestra libertad, en un legítimo ejercicio en el que ellos ponen su arte.