El Prado exhibe juntas tres obras "sobresalientes" de Antonio María Esquivel
El Prado exhibirá juntas tres obras religiosas "sobresalientes", aunque prácticamente desconocidas, de Antonio María Esquivel, en las que destaca un estilo que convierte al autor en el principal valedor de la pintura barroca frente a otras tendencias que favorecían el dibujo frente al color.
"Se trata de una pequeña muestra que supone un gran proyecto. Gracias a esta milagrosa restauración, contamos con la obra de un artista que resolvió la difícil relación entre pintura y religión de su época a través de visiones retrospectivas, sobresalientes en su trayectoria", ha explicado hoy en la presentación Andrés Úbeda, director adjunto de Conservación e Investigación del Prado.
"La caída de Luzbel", "El Salvador" y "La Virgen María, el niño Jesús y el Espíritu Santo con ángeles de fondo" son las obras de Esquivel que se exhibirán hasta el 20 de enero, obras que permiten conocer los principios del estilo de Esquivel (Sevilla, 1806 - Madrid, 1857), un maestro de la anatomía.
El primero de ellos, "La caída de Luzbel", es uno de los principales exponentes de la exposición, debido al enorme valor simbólico y cromático que propone con la victoria, sin armas, del bien sobre el mal, que pintó tras recuperarse de una ceguera temporal que sufrió. "Esquivel intentó suicidarse dos veces cuando le ocurrió. Es lo peor que le puede pasar a un artista. Conmovido, cuando recupera la vista, pinta un cuadro que simboliza el triunfo de la luz frente a las tinieblas, del bien sobre el mal. El ángel no va armado, es una metáfora de su vida", ha precisado Javier Barón, jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX.
"El Salvador" es un lienzo tupido, como el de Luzbel, que muestra el cuerpo de Jesús con un profundo énfasis en su anatomía, representado con sobriedad y ambientado en una magnífica atmósfera que centra las miradas en su sólida obsesión por el cuerpo humano. Es un cuadro casi desconocido y ha habido que hacer "una laboriosa y larga" restauración en la figura de Cristo, enfatizada en su torso, un dibujo que revela una mayor importancia de los volúmenes.
La otra gran obra de la muestra es "La Virgen María, el niño Jesús y el Espíritu Santo con ángeles de fondo", un lienzo que propone una postura de estilo escultórico aunando monumentalidad clásica y diferentes referencias de Murillo, una de las figuras más influyentes de la época en el arte español. El cuadro se restauró en 2011 para la exposición internacional "Portrait of Spain: Masterpieces from the Prado".
Finalmente, completan la exposición el retrato de José de Espronceda, del que fue gran amigo, uno de sus últimos autorretratos, el lienzo "Una niña expirando en brazos de la Fe cristiana" y su "Tratado de Anatomía Pictórica", considerada una publicación de referencia para los artistas.
Las obras se expondrán en la sala 60 del Museo del Prado, creada para mostrar de forma rotatoria conjuntos de obras del siglo XIX, elegidas de entre sus amplios fondos "por su interés y calidad". Las pinturas han sido restauradas durante los últimos años en los talleres del museo, una labor en la que ha colaborado la Fundación Iberdrola España como protector del programa de restauración.