Las calles de León, repertorio heráldico
Es otro tipo de patrimonio, por lo general invisible para el ciudadano a fuerza de verlo una y otra vez, pero lleno de sugerencia y datos históricos. José Antonio Mateos, Celia Ropero y José Luis Díez firman un libro que recopila y describe los escudos heráldicos leoneses pero que también propone rutas para contemplarlos
e. gancedo | león
Es curioso que lo llamen «patrimonio oculto» cuando este tipo de huellas históricas no yacen en ninguna cripta olvidada ni están arrumbadas en ciertos almacenes municipales: se hallan en plena calle, abiertas a la mirada de todos. Pero como llevan ahí siglos, camufladas entre las piedras y cantos de las fachadas más viejas, el viandante se ha acostumbrado a su presencia y las ha convertido prácticamente en invisibles. Eso sí, aún hay gente que se para delante de los muchos escudos heráldicos que pueblan las calles de León y los contempla y fotografía, y hasta que se pregunta qué hidalguía estarán pregonando con su voz agrietada y su variada panoplia de felinos, aves, bandas, cruces, árboles y vieiras. Para esos curiosos, y para todos los amantes del patrimonio leonés que deseen emprender un viaje al pasado embarcados en los blasones señeros que pautaron el devenir de la ciudad, se ha publicado el volumen La heráldica en piedra de las calles de León, firmado por José Antonio Mateos del Riego, José Luis Díez Pascual y Celia Ropero Serrano.
José Antonio Mateos del Riego y Celia Ropero Serrano, dos de los autores del libro (el tercero es José Luis Díez Pascual).
«Sentíamos la necesidad de que nuestros vecinos conocieran ese que llamamos el patrimonio oculto leonés, que todos los días vemos pero en el que no llegamos a fijarnos —explica Celia Ropero en nombre de los tres autores—. Por eso, por su invisibilidad, nos parecía casi obligatorio ayudar a que todos podamos conocer mejor nuestro pasado regio, nobiliario y eclesiástico a través de estos testimonios heráldicos. En cuanto a cómo nos hemos repartido las labores, ha sido un perfecto trabajo en equipo: documentación, fotografía y redacción». En cuanto a su estructura, a las diversas partes que lo componen, Ropero comenta que han optado por ofrecer «un relato sencillo y didáctico de modo que todo el público pueda acceder bien a su contenido». «Así, la primera parte es una introducción a la heráldica en general, a continuación hay una descripción de la nobleza leonesa y, para terminar, los diferentes itinerarios (siete en total) propuestos para descubrir y contemplar esta heráldica, con mapas y con la descripción de los escudos que se encuentran en cada calle y edificio de la capital leonesa», describe.
Los Quiñones, los Lorenzana, los Miranda, los Robles, los Quirós, los Osorio, los Guzmán, los Flórez... los apellidos del puñado de familias que durante generaciones administraron, embellecieron, reconstruyeron o rezaron por el alma de la ciudad son los que están detrás de estos heraldos públicos de poder y prestigio. Pero, ¿han contabilizado, estos tres investigadores, todos los escudos heráldicos de la ciudad? ¿Y a cuántos ascienden? «Sí, lo hemos hecho, teniendo en cuenta que hablamos siempre de los que se encuentran a la vista de todo el mundo, y no en el interior de monumentos. Están localizados sobre todo en calles con historia, como son las que atraviesa el Camino de Santiago, y existen unos 40, entre escudos y labras. Su utilización comenzó en tiempos del rey Alfonso VII, por lo tanto el león y el castillo del famoso Locus Apellationis, donde se impartía justicia, fue grabado posteriormente».
Ejemplos de arte y labra
Preguntada por el modo en que han desarrollado la investigación y a qué fuentes de información principales acudieron, Celia Ropero Serrano aclara que consultaron «todo tipo de documentos sobre heráldica y nobleza leonesa, pero también sobre los Austrias, los Borbones, nobiliarios de duques, de condes, de vizcondes y de hidalgos, eclesiásticos, órdenes militares (entre estos, los Hospitalarios, los Templarios y los Santiaguistas), leído los libros de Pío Cimadevilla… y a continuación, cámara en mano, recorrimos las calles de León para fotografiarlos y documentarlos uno a uno».
Como en toda investigación, hay ‘criaturas’ que sorprenden más al investigador, que le llaman la atención por su singularidad, antigüedad, estado de conservación u otro motivo. Para los autores de La heráldica en piedra de las calles de León, «todos estos elementos tienen algo que sorprende y que interesa, pero si tenemos que quedarnos con algunos en concreto, escogeríamos el escudo de los Austrias del antiguo Consistorio de la plaza de San Marcelo, el de Felipe V ubicado en la iglesia de San Juan y San Pedro de Renueva, y los deslocalizados del parador de San Marcos o del Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación leonesa, por su curiosidad y su ubicación. También es magnífico ?el del marqués de Lorenzana en la calle Serranos, que por cierto se caerá si nadie lo remedia».
Todos ellos docentes —José Antonio Mateos imparte Biología en el IES García Bellido, José Luis Díez es el orientador de ese mismo centro, y Celia Ropero enseña Latín en el IES Eras de Renueva—, también son expertos en divulgar la historia y patrimonio de León de una forma amena y divulgativa. Mateos, de hecho, lleva muchos años mostrando todo tipo de curiosidades de historia humana y natural, en relación con el Camino de Santiago, en unos itinerarios ya muy populares en la ciudad.
Cabezas cortadas
En el capítulo de singularidades, refiere por ejemplo cómo hay algunos escudos que presentan «cabezas cortadas de moros», en más que probable alusión a la honra ganada por haber vencido a numerosos enemigos en la Reconquista, y también alude a los curiosos «pelícanos y las patas de oca que pueden ser símbolo de la orden de los Templarios». Y si se les pregunta por los motivos más representados, y a qué familias o casas nobles pertenecen, no lo dudan: «Los leones de los Lorenzana y los lobos de los Osorio».
La Catedral, San Isidoro, San Marcos, otras iglesias, la muralla, los restos romanos, el casco viejo, pero, ¿qué pasa con la heráldica, y las casonas y viejos palacios? «Está claro, en León hay mucho patrimonio, muy interesante, pero que pocos conocen. Es un patrimonio que está ahí porque, no en vano, fuimos capital de un reino medieval durante 320 años, hasta 1230. Por tanto, tuvimos una nobleza que dejó excelentes labras como huellas de su paso por la historia, como las del vizconde de Quintanilla o las que pueden verse en la calle El Paso», comenta Celia Ropero. Y añade: «Se puede hacer un interesante recorrido por la historia de León siguiendo sus escudos, y además de una manera amena y didáctica». Y es que, de hecho, el libro incluye una serie de rutas que invitan al lector a salir a la calle para conocer estos pétreos mensajes de poderío. «Fundamentalmente se trata de seguir el Camino de Santiago en la ciudad de León, comenzando en la calle de Santa Ana y terminando frente al Parador de San Marcos, a los que añadimos algún escudo que se encuentra fuera de este itinerario. Para ello, el libro incluye varios mapas con la descripción y con la numeración de cada escudo para así poder localizarlos y llegar hasta donde se encuentran».
El libro está distribuido por Amazon y, de momento, solo puede adquirirse a través de esta plataforma.