No es un festival, es León

e. gancedo | león

Quitando el imprescindible pero más o menos temático Purple Weekend, y a pesar de intentos muy honrosos y prometedores que no fueron más allá de una o dos ediciones por clamorosa falta de apoyo institucional, León no cuenta con un festival de esos sonoros, mediáticos y magnetizantes que tanto han proliferado en España. O quizá sí, aunque de otro modo. Porque la programación diseñada por el veterano y activísimo Gran Café para este cuatrimestre contiene nombres que pueden figurar bien arriba en los carteles de cualquier festival altisonante, y no solo la prevista para su castizo local de la calle Cervantes sino también en su ‘versión extendida’ del Espacio Vías, pensada para una mayor afluencia de público.

Fue su gerente y programador musical, Guillermo Mateo, quien dio ayer a conocer los grupos y artistas fichados para los próximos meses, un total de 35 actuaciones con nombres del indie, el folk y el rock muy punteros, populares y seguidos en estos momentos, y eso sin olvidar formaciones fogueadas ya desde los años noventa y los primeros dos mil que han permanecido fieles, durante todo este tiempo, a la llamada del Gran Café.

En la programación, el indie y el folk urbano superan sensiblemente al tradicional rock, en una tendencia relativa a gustos del público que Mateo va confirmando mes a mes. Y ha tenido ocasión de comprobarlo: el local abrió sus puertas en 1990 y desde entonces es rara la semana que no albergue un concierto de los más diversos estilos musicales (y recitales poéticos, y presentaciones literarias) sin olvidar la ya mítica jam session de los martes a las 22.30, celebrada desde hace quince años.

Guillermo Mateo destacó la «apuesta decidida» de los responsables del Café por la música en español y recalcó la excelente respuesta del público leonés a lo largo de estas décadas. «Se dice que somos un público frío, que la gente no acude, que no hay actividades... pero si nosotros llevamos 28 años programando música sin parar, será por algo. Y sí, la gente responde cuando se ofrece calidad, hay movimiento en León, de eso no cabe duda», reflexionó Mateo, quien, en cuanto a nombres propios de la nueva programación, destacó a Nudozurdo y su post-rock hipnótico de poderoso directo, los muy curtidos La Habitación Roja o Los Niños Mutantes y la potencia folk de Arizona Baby, otros habituales del Gran Café, esta vez por partida doble. En el capítulo de cantautores, no olvidó las evocadores voces de Zahara, de la leonesa Nadia Álvarez o de Diego Ojeda, que también triunfa en su faceta de escritor, ni a primeros espadas del indie nacional como Ángel Stanich (ni como el onírico Carlos Sadness), ni a los audaces Amatria. Mencionó a la ex triunfita Vega, dos veces nominada a los Premios Grammy, la divertida energía de Rufus T. Firefly y la gran revelación del indie-pop español, Carolina Durante. Un desfile de grupos en los que no estará ausente el humor: El Kanka, los locales Clarete Gas y Ladilla Rusa, de glorioso pase por el último Sonorama. El escenario del centro juvenil municipal Espacio Vías, donde el Gran Café programa citas de mayor aforo, albergará el espectáculo musical y burlesco de Vinila Von Bismark y el concierto de los aclamados Viva Suecia junto a Feroe, el nuevo proyecto de Miryam Gutiérrez (The Bright). Leoneses son también quienes abrirán el fuego musical de este nuevo curso, Shining Light, que recuperan la psicodelia británica de los años sesenta.

Sorpresa y agrado

«Es un cartel de gran ciudad, un cartel que bien podría ofrecer un festival de los grandes», expresaba ayer Guillermo Mateo al tiempo que anotaba la habitual «sorpresa» que suelen llevarse los músicos que acuden por primera vez al local capitalino y se dan cuenta de lo «familiar» de sus dimensiones. Después, claro, viene el agrado y la intensidad emotiva de los artistas al notar tan cerca, a menos de un metro, la presencia del público. «No nos olvidaremos, por ejemplo, del concierto que dieron los mexicanos Molotov. No se podían creer que iban a tocar aquí. Sólo para preparar el escenario traían como a 16 personas. Pero el resultado fue impresionante», ejemplificaba Mateo.

En cuanto a la trastienda de la agenda anual del Gran Café, el programador del local explica que intentan acoger la mayor variedad posible («y no sólo lo que nos gusta a nosotros», anota), y que en muchos casos, dadas las casi tres décadas que llevan en activo, «son los propios grupos los que se nos ofrecen, luego nosotros los escuchamos y decidimos si los incluimos o no», aclaraba. Y comentaba que agencias y promotoras ya los tienen en cuenta desde hace años para incluirlos en las giras de esta o de aquella formación. «La ciudad de León se encuentra bien ubicada en este sentido, porque está de camino a Asturias y a Galicia, y no lejos de la ruta a Burgos y al País Vasco, por ejemplo». De hecho, buena parte de los conciertos se programan entre semana porque «les suele venir bien a los artistas que están en gira: hacen una parada y aprovechan para tocar en León», añadía.

Guillermo Mateo percibe que los cachés de las bandas que más suenan «están volviendo a crecer», algo que achaca a los festivales, y más bien a la «saturación» de estos y al repunte de la música en directo. Sea como fuere, el Gran Café sigue con su rumbo musical bien trazado... y hasta se insinúan ciertas «sorpresas» para 2019.