Llega la reforma del Museo de San Isidoro tras doce años
La Fundación Montemadrid saca a concurso las obras por 975.981 euros La reordenación de la colegiata abrirá zonas ‘inéditas’ como el adarve de la muralla.
verónica viñas | león
Fue un compromiso firmado hace dos años. En este tiempo, Caja Madrid y su sucesora, Bankia, desparecieron. La Fundación Montemadrid, heredó de aquellas entidades el proyecto para reformar y ampliar el Museo de San Isidoro. Tras múltiples estudios de los espacios y el análisis de las pinturas del Panteón Real, parece llegado el momento de las obras. La fundación anunció ayer la apertura del concurso para adjudicar las obras de rehabilitación del nuevo museo, cuyo presupuesto de ejecución asciende a 975.891 euros y que finaliza el próximo 20 de noviembre.
Para resolver las deficiencias de accesibilidad, seguridad, conservación preventiva o estacionalidad, la fundación fichó a destacados expertos, como Juan Pablo Rodríguez Frade, premio Nacional de Restauración y autor, entre otros, del Museo de la Alhambra o del recientemente inaugurado Museo Arqueológico Nacional, e Isidro Bango, catedrático de Historia del Arte Antiguo y Medieval de la Universidad Autónoma de Madrid y comisario de una de las exposiciones más memorables que ha albergado San Isidoro, Tesoro sagrado y monarquía.
Reforma ambiciosa
Hasta ahora, el museo, que atesora joyas de la talla del Grial, se ha visto obligado a establecer cupos en las visitas, debido a la angosta escalera de caracol que daba acceso a estancias como la Cámara del Tesoro. La reforma ampliará el espacio expositivo de 1.200 a 3.200 metros cuadrado. «Se configura como un museo de historia de la Colegiata y de las mentalidades que la han conformado a lo largo de los siglos», explica la Fundación Montemadrid en una nota. La reforma es tan ambiciosa que incluye un plan de gestión de todo el conjunto monumental. Lo cierto es que el lugar donde se celebraron en 1188 de las primeras cortes parlamentarias de la historia y donde Alfonso V promulgó hace mil años el Fuero de León, no dispone de ninguna sala que recree dos acontecimientos tan excepcionales, que pasan desapercibidos ahora para los 150.000 visitantes que anualmente entran en el museo.
Los cambios en el museo permitirán mostrar con mayor dignidad los tesoros medievales más importantes de Europa y mostrar muchas piezas que, por falta de espacio, no estaban expuestas al público, como el Pendón de San Isidoro o el ajuar funerario de la infanta doña María.
En el futuro, los visitantes podrán acceder a zonas que hasta ahora quedaban fuera del recorrido, como el adarve de la muralla, las galerías del claustro o la escalera renacentista. «De acuerdo con esta reordenación de toda la Colegiata el museo se extenderá por el claustro procesional en planta baja y alta, modificándose así sustancialmente el itinerario de la visita, además de incluirse una nueva puerta de acceso, recuperando la que existía en el muro meridional a la derecha de la actual, que será más espaciosa y visible», explica la fundación.