PRÓXIMOS COMICIOS
La democracia según la SGAE
El embudo electoral de la entidad hace que la nueva junta directiva pueda ser escogida por apenas el 1% de la masa social
La SGAE tiene 120.040 socios, de los cuales solo 18.970 tienen derecho a voto en estos comicios. Ese derecho se obtiene si el catálogo del autor ha generado en los cuatro últimos años una cifra equivalente al salario mínimo interprofesional: 735,90 euros. Eso significa que esta vez solo el 16% de socios decidirá quién regirá el destino de la entidad hasta 2022. Pero ni siquiera son tantos, ya que la abstención acostumbra a ser alta en las elecciones de SGAE. En las de 2015, y con casi 22.000 socios con derecho a voto, solo votaron 2.582. Por lo tanto, el porcentaje de socios de SGAE que votaron hace tres años fue solo del 2’35%.
Al tratarse de una entidad privada en la que no todos los socios generan el mismo dinero, tampoco cada socio tiene el mismo número de votos. Ainara Legardon, cantautora eléctrica, experta en derechos de autor y coautora del libro ‘Sgae: el monopolio en decadencia’, tiene el mínimo: uno. Alejandro Sanz, obviamente, tiene el máximo: 31. Pero como SGAE otorga los votos en base a un sistema de identificación de obras y reparto de ingresos que muchos socios califican de injusto, los votos que recibe cada autor también generan recelos.
Por otro lado, y desde que se creó este circuito cerrado de autores que componen para editoriales televisivas cuyos canales programan muy a menudo esas obras para recuperar la mayor cantidad de dinero que les cobra SGAE, el censo se ha ido llenando de autores desconocidos con tantos votos como Dani Martín. En algún caso, una vez alcanzan el tope de 31 votos, registran nuevas obras a nombre de familiares que también empiezan a sumar votos. Solo así se explica que el hijo de un autor que lleva décadas sin cosechar un éxito pueda disponer de seis, siete o nueve votos más que, por ejemplo, Joe Crepúsculo.
¿QUÉ SIGNIFICA HACER CAMPAÑA?
Cuando empieza la campaña electoral, algunos candidatos envían un correo a todos los socios con derecho a voto exponiendo sus intenciones. Otros optan por colgar un discurso en youtube o abrir un blog. Pero la verdadera campaña, la que mueve las grandes bolsas de votos, se trabaja a golpe de teléfono. Juan José Álvarez del Castillo fue director de oficina electoral en las elecciones de 1995, 2001, 2007, 2011 y 2012. Su misión era conseguir el máximo de votos para quien le contratase. En 2011 todos sus clientes obtuvieron silla en la junta, reforzando el liderazgo de Teddy y aplastando al opositor Sastrón. Coordinaba un equipo de seis personas que llamaban a los socios para asegurarse su voto. Dos eran mensajeros que recogían los votos a domicilio para que nada fallase.
“El sistema era tan sofisticado que podíamos saber a cada hora cuántos votos nos faltaban para asegurar la victoria”, explica hoy. Todo ello era posible al tener el censo de socios con derecho a voto y saber cuántos votos tenía cada cuál. A los autores con un solo voto no los perseguía, claro. Durante años, ese censo solo estuvo en manos de la candidatura oficial. Ahora ya no es así. En 2012 también se modificaron las normas electorales para que ya no se pudiera contratar empresas externas que coordinasen las campañas, pero el sistema de recogida de votos ha seguido funcionando con mecanismos muy similares.
VOTAR EN VIERNES
El voto presencial es incómodo para muchos músicos, ya que estas elecciones se celebran en viernes, día en el que suelen estar de camino a sus conciertos. Quien no viva en Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Santiago o Bilbao tendrá que desplazarse o votar por correo, una opción que genera gran desconfianza. La papeleta se echa al buzón y la franquea SGAE en destino, de modo que al no poder enviarse certificada, no hay garantía de que llegue. El voto electrónico podría resolver muchas de estas trabas. Ya se utilizó en la asamblea de junio y los socios tumbaron los presupuestos de Sastrón. Esta vez no se puede usar.
“Esta vez, con 6.500 votos ya tienes sillón en Pequeño Derecho”, calcula Álvarez del Castillo. Con el favor de 200 socios que tengan 31 votos ya sumas 6.200. Si en estas elecciones pueden votar tres mil socios menos que en 2015 y un bloque de candidatos está llamando a no votar, la nueva junta directiva de la SGAE podría ser investida gracias a poco más del 1% de su masa social.