Diario de León

LEÓN QUIERE SER PATRIMONIO MUNDIAL

A León se le resiste la Unesco

La ciudad acumula una historia de fracasos por ser Patrimonio Mundial

La Catedral, Botines, la última frontera del Imperio Romano, miliario de la Vía Nova, manifestación en defensa de los concejos y el Camino de San Salvador. MARCIANO PÉREZ/RAMIRO/FERNANDO OTERO/JESÚS

La Catedral, Botines, la última frontera del Imperio Romano, miliario de la Vía Nova, manifestación en defensa de los concejos y el Camino de San Salvador. MARCIANO PÉREZ/RAMIRO/FERNANDO OTERO/JESÚS

León

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Es una historia de fracasos. A León, pese a su ingente número de monumentos, se le resiste el título de Patrimonio de la Humanidad. Primero presentó la candidatura de la Catedral. Pero la propuesta se «perdió» en algún cajón. Luego, los políticos creyeron que el templo gótico tendría más posibilidades si optaban a Patrimonio de la Humanidad únicamente las vidrieras, dado que la Unesco ya ampara una larga lista de catedrales y la de León posee el mejor conjunto de vitrales medievales del mundo. Pero el proyecto nunca llegó a París.

León intentó sin éxito hacer valer su espléndido patrimonio romano. Teniendo en cuenta que ya hay muchos restos romanos que gozan de la máxima protección de la Unesco, al PSOE se le ocurrió una propuesta muy original: su condición de última frontera del Imperio Romano. La ciudad la fundaron la Legio VI Victrix y la VII Gémina en un enclave donde estuvo acantonado durante tres siglos el más importante campamento militar romano de Hispania.

Hasta la fecha todas las propuestas han topado con una burocracia infranqueable y escasos o nulos apoyos en la Junta. Otra fallida aspiración leonesa fue pretender que el filandón fuera Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, tras conseguir ser Bien de Interés Cultural en 2010.

Poco antes de su muerte el que fuera abad de San Isidoro argumentó en distintos foros que la Colegiata, joya del romántico, así como la Catedral, San Marcos, el palacio de Botines y la muralla tardorromana tendrían que ser Patrimonio Mundial. Los Ancares, La Cabrera o la Ruta de la Plata aspiraron sin resultado a ser incluidos en la lista de la Unesco. La Casa de Botines y el Palacio Episcopal de Astorga, los dos edificios que el genial arquitecto catalán Antonio Gaudí legó a León, no tuvieron mejor suerte. Su candidatura se presentó en el 2003 junto a otros diez inmuebles del arquitecto catalán. León pensó que el título otorgado a los decreta en 2013 podría abrir la puerta a otras dos candidaturas: la Vía Nova, también conocida como Vía XVIII, la calzada romana que unía Astorga y la ciudad portuguesa de Braga; así como el concejo abierto, una institución genuinamente leonesa. La Vía Nova, la gran obra de la dinastía Flavia en Hispania, pese a contar en su momento con el respaldo del Congreso de los Diputados y el Gobierno de Portugal, sigue esperando. La Unesco declaraba en 2015 Patrimonio de la Humanidad a los Caminos del Norte —el Camino de Santiago francés ya lo era—, pero dejaba fuera dos que atraviesan la provincia leonesa, el Camino de San Salvador y el Vadiniense, únicamente por una razón: la desidia. Y es que la Junta ‘olvidó’ solicitar el título de Patrimonio de la Humanidad para estas dos rutas jacobeas de León.

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