«Me da pena el Teatro Emperador»
—Viene a León y el Teatro Emperador sigue cerrado. ¿No le duele que su proyecto no se haya llevado a cabo?
—Claro que me da mucha pena. A lo mejor hasta lloro. Es una pena porque era un proyecto sencillo, que no era demasiado costoso y en el que había mucho Emperador recuperable, haciendo mayor el escenario. Un proyecto que modernizaba lo oculto y ponía en valor lo visible.
—¿El proyecto lo sigue teniendo?
—No. Dejé la arquitectura y cedí todos los planos y documentos a la Biblioteca Nacional. Ese proyecto tiene que estar en el Ministerio de Cultura y creo que lo tiene que tener el Ayuntamiento de León. Nosotros todavía estamos pleiteando para que nos paguen una parte de los honorarios.