Diario de León

entrevista

«No vivo de mi grupo sino de lo que éste provoca»

Nuevo disco, ‘W’, al frente de Pájaro Sunrise, la sintonía de la serie de Netflix ‘Bienvenidos a la familia’, la banda sonora de ‘4 latas’, película de Gerardo Olivares, protagonizada por Jean Reno  y Hovik Keuchkerian... y hasta la traducción de un libro. Es el momento dulce del músico leonés Yuri Méndez.

Méndez, músico y compositor afincado en Madrid. RAQUEL P. VIECO

Méndez, músico y compositor afincado en Madrid. RAQUEL P. VIECO

León

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Si no fuera porque transmite tranquilidad, se podría decir que Yuri Méndez (León, 1979) ataca en todos los frentes. También hay que advertir que lo suyo es de actividad continua, y sí, trabaja tanto desde la perspectiva del intérprete de sus propios temas como desde la del músico de encargo en proyectos del más diverso tipo. Bajo esa fórmula ha conseguido vivir de la música. Dejó León y en Madrid ha encontrado su sitio. Su relación con su ciudad natal puede calificarse de desapego. Y de la capital dice que es una herramienta más para desarrollar su trabajo, porque, por ejemplo, citado en el centro madrileño, hace saber su escasa predilección por esa zona, que en estos días ya está atiborrada de gente para allá y para acá cargada con bolsas.

Tiene un disco nuevo en la calle, W, que aún rezuma la frescura del lanzamiento. De hecho anda metido en los asuntos de promoción, no sin dejar de mostrar su perplejidad por la escasez de foros informativos que hay en España para músicos como él. No lo dice como queja ni debería hacerlo, porque Yuri Méndez, esto es, Pájaro Sunrise, es de los artistas de la escena alternativa que obtienen buena acogida con sus trabajos. Pero sí, no es un músico a lo Operación triunfo, y tampoco da el perfil de uno más de la escena indie, y en esa difícil clasificación inexistente se mueve en los lugares altos de la escala basada en el prestigio. Pero, con todo, W es un discazo. Una serie de temas que coquetean con la música electrónica gracias a todo tipo de aparatos con los que cuenta en su estudio casero y con los que se mueve como pez en el agua, pero que conservan estructuras de canciones que, como confiesa, surgen muchas veces de su voz y su guitarra.

Sólo con este disco tendría suficientes argumentos para estar en el candelero. Pero a su nuevo proyecto discográfico hay que sumar otras aventuras de importancia: le ha puesto sintonía a Bienvenidos a la familia, comedia negra que acaba de estrenar Netflix. Este verano ha terminando la banda sonora que ha compuesto y grabado para una película española, 4 latas, dirigida por Gerardo Olivares que se estrenará a principios de 2019, protagonizada por Jean Reno y Hovik Keuchkerian. Y por si fuera poco, su nombre aparece en los créditos del libro El sonido y la perfección, de Greg Milner: traducción de Yuri Méndez. 

—Tiene un disco en la calle, ‘W’, con canciones excelentes, pero al interesarse uno por usted aparece en series, bandas sonoras... Y hasta traduce libros. ¿Hay tiempo para todo?

—Pues hay épocas en que estoy más liado y no doy abasto, y en otros momentos puedo dedicarme a algo más en concreto. Pero es la forma que he encontrado parar vivir de esto. Tengo la suerte de poder hacer muchas cosas diferentes para vivir de la música desde hace ya unos cuantos años.

—En ‘W’ hay grandes canciones y momentos sublimes como cuando se llega a ‘Trembling Stars’, un tema de gran belleza. El disco comienza con unas señas electrónicas visibles para acabar con otras despojadas de artificio. ¿No le bastaba con centrarse en hacer canciones así?

—Es que igual las canciones que dices que son más electrónicas pudieron surgir tocando la guitarra acústica. Independientemente de cómo se presenten, hay una idea común en todos los temas. Puede que en este caso, en lugar de barajar las canciones, que es como suelo hacer, las hemos presentado seguidas. Por cierto, agradezco tus palabras por esa canción.

—¿Cuando compone piensa en todo lo que luego le va a incorporar al tema?

—Es mi método de trabajo. Y también ocurre que trabajo desde casa, sin contratar un estudio. Es también una cuestión de economía porque sale más barato. Aunque en algunos casos tengo que desistir de grabar, por ejemplo, con una guitarra eléctrica determinada porque no cuento con esos medios. Pero insisto en que, en realidad, es el método de grabar de siempre.

—Y trabajando en casa, ¿sabe poner freno, parar cuando hay que parar, etcétera? Por así decirlo: ¿No se emparanoia?

—Pues a veces sí. Pero me hago mayor e intento controlar y dosificar mi trabajo. En esta ocasión me puse plazos y evité dos terceras partes del material que tenía para llegar a las canciones que finalmente son W.

—Siguiendo con su soledad, ¿necesita opiniones ajenas o se basta y sobra con su criterio?

—En este caso, tanto mientras lo iba haciendo como después escuchándolo, me he sentido satisfecho. Pero, por supuesto, me interesa mucho lo que los demás opinen.

—¿Y qué le llega de fuera?

—...Incluso de fuera de España. Sé que están pinchando canciones en radios de Francia y que ha gustado en la BBC inglesa.

—¿Le interesa más la crítica de otros países?

—Es que a veces en España no sé los lugares en los que podemos sonar músicos como yo o ni siquiera en qué medios promocionarnos.

—A usted le va bien...

—Sí. Tengo suerte porque vivo de la música desde hace muchos años. Pero no vivo del grupo sino de los trabajos que surgen alrededor del grupo.

—En ese sentido tiene novedades. La serie ‘Bienvenidos a la familia’, la película ‘4 latas’, un libro del que habla hasta Diego A. Manrique...

—Las dos primeras cosas son relativas a mi actividad como compositor, también hago anuncios. Y lo del libro fue porque lo leí y se lo recomendaría a mucha gente. Lié a Lovemonk para que se tradujera y al final hice yo la traducción.

—¿Echa de menos León?

—No, nada. En realidad, cuando voy para allá me suelo quedar en Mansilla de las Mulas, que es donde vive mi padre.

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