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ENTREVISTA

Serrat: "Vivimos un tiempo en que el consenso no vale: solo la victoria"

El cantautor recala durante tres noches en el Auditori del Fòrum en la gira 'Mediterráneo da capo', en la que recrea su mítico álbum de 1971, en vísperas de su 75º cumpleaños

Joan Manuel Serrat.

Publicado por
JORDI BIANCIOTTO
León

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El álbum ‘Mediterráneo’, publicado en diciembre de 1971, se ha consolidado a través del tiempo como una obra capital de la canción de autor. Una colección de canciones delicada y vigorosa, que transmite sensualidad y precisión paisajística, hunde raíces en el pasado colectivo y desprende un ánimo vitalista envuelto en un aura poética. Su autor, Joan Manuel Serrat, vuelve a ella en la gira internacional ‘Mediterráneo da capo’, que recala esta semana en el Auditori del Fòrum (martes 18, miércoles 19 y viernes 21). Hablamos con el cantautor cuando faltan solo unos días para que sople las velas por su 75º aniversario (será el 27 de diciembre).

Tras ocho meses de gira, ¿cuáles son sus sensaciones sobre estos conciertos asentados en el álbum ‘Mediterráneo’?

Es un concierto que ha ido evolucionando y que evolucionará más aún estos días en Barcelona. Habrá unas modificaciones en la segunda parte, donde entrará el repertorio en catalán más importante.

La secuencia de canciones de un álbum no tiene porque funcionar igual en un concierto.

No, y por eso la secuencia de estos conciertos no es la misma del disco. Establecí un orden de las canciones distinto.

¿Por motivos de ‘tempo’ musical o narrativo?

Por ambas cosas, pero sobre todo es el ‘tempo’ musical lo que marca la disposición de las canciones. Su relación con el tiempo, el mar, los personajes..., también tiene su importancia, pero no es capital porque ese disco no se creó como una historia continuada sino como una serie de canciones.

‘Mediterráneo’, el álbum en su conjunto, ¿simboliza una actitud ante la vida?

Sí, sí, seguro. Es lo que busqué. Dentro de las posibilidades que dan las canciones, y sin crear un paralelismo exagerado, sí que busco resaltar varias cosas. Primero, la realidad mediterránea. Porque el Mediterráneo, aunque a vista de pájaro sea fantástico y maravilloso, es un mar con serios problemas. De contaminación y humanos. Eso acompaña los conciertos. No puedo pretender pasar de largo esta materia. Como no puedo pasar por alto la importancia de la mujer en mis canciones, acercarme al problema de género que estamos viviendo y tomar posición.

En las canciones hay una sensualidad, pero, ¿también un tratamiento de la mujer que quería distinto del que le dispensaba la canción comercial de la época?

Siempre he tenido un criterio de la importancia de la mujer. Como madre, como compañera, como formadora... La presencia de la mujer en mis canciones es tan importante no tanto por una cuestión sexual, sino más bien de admiración por su papel en la formación, no solo la mía sino de toda la sociedad. Hemos vivido en un tiempo en el que la mujer ha tenido una exposición muy marginal, pero en cambio ha tenido una gran presencia en el mundo de la formación más próximo, en casa. Es un tema que me interesa mucho recalcar: el porqué de la presencia de la mujer en mis canciones, ya sea como madre, o como ‘tieta’, o abuela, o de amores, o de suegra... Está allí, en todas sus formas, constantemente.

La inspiración de ‘Mediterráneo’ surgió de unos lugares concretos, como Calella de Palafrugell.

Hombre, fue el lugar en el que se gestó buena parte de este disco. No quisiera olvidar tampoco la presencia de otro lugar de costa, Cala d’Or, en Mallorca, donde estuve mucho. Iba saltando entre ambos sitios, y las canciones salieron de ambos lugares. Pero con Calella han acabado asociadas unas canciones fundamentales. Solo con que cierre los ojos y piense en este disco, aparecen una serie de personas y personajes, de amigos, de amores, de gente de ese territorio con la que hay una gran atadura.

‘Pueblo blanco’ parte de otro lugar, ¿verdad?

Nace también en el Mediterráneo, pero más al sur, en Mojácar, Almería. Allí la escribí, al menos sus líneas fundamentales. Es una canción que por esa cosa mágica que tiene la música y la manera en que cada uno se la hace suya, en otros lugares del mundo, como Argentina, ha generado los momentos más emotivos, también en tragedias.

En Argentina, el Mediterráneo quizá sea más mítico que algo cotidiano.

Pero ya les cuento que aunque se piensen que es un mar del Atlántico, no deben dejarse engañar: el Atlántico y el resto de océanos del mundo son en realidad afluyentes del Mediterráneo. ¡El tiempo gravita ahí!

En estos conciertos incluye la canción francesa ‘La mer’, de Charles Trenet.

Sí, sí, no sé si la cantaré en Barcelona. Es una especie de juguete con el que quiero hacer un homenaje a todos los que han hecho canciones sobre el Mediterráneo. Antes de nosotros estuvieron Brassens y Trenet. A mí me habría gustado ir incluso más allá e incluir, por ejemplo, ‘Genova per noi’, de Paolo Conte, pero, bueno, ya está. Cuando uno plantea un concierto, ya sabe que está condenado a renunciar a unas cosas para conseguir otras.

¿Hay nostalgia en esta gira?

No sé, a mí nunca me ha gustado la nostalgia. No me he sentido nunca bien cerca de ella. No la he buscado, y si la hay, es porque la genera ese tiempo pasado, ese tiempo perdido, digámoslo como queramos, que está con nosotros. No la he buscado y no la siento tocando las canciones. Creo que se produce más en la gente. Quizá, para mí, el formar parte de un hecho cotidiano me da un espacio de distancia.

En el álbum ‘Mediterráneo’ siempre han coincidido el aprecio del gran público como el de la crítica. ¿Le preocupa ahora que pueda llegar a la gente más joven, o entiende que las cosas son como son y ya no le corresponde tratar de alcanzar nuevos públicos?

Sí, exactamente, lo ha expresado muy bien [ríe]. Evidentemente, esa importancia del disco con el paso del tiempo se va diluyendo, como es natural. Y no quiero hacer más esfuerzo del que ya naturalmente estoy haciendo, y me siento suficientemente satisfecho por haber juntado ahora estas canciones y hacer este espectáculo. Y que lleguen a quienes las vieron nacer y les transmitieron unos sentimientos emocionantes, y a la gente que no las vio nacer pero que las ha descubierto. Va todo muy bien como para que no pueda tener otra sensación que la de satisfacción.

Un contemporáneo suyo de la canción, Luis Eduardo Aute, delicado de salud, fue objeto de un concierto de homenaje la semana pasada en Madrid (y en febrero lo será en Barcelona). Cantó una pieza suya, ‘De alguna manera’. ¿Qué diría que tienen en común como creadores de canciones?

Muchas cosas. Creo que sí. El tiempo común, el sentido de lo que para nosotros representaba una canción. O que representa, porque a veces hablamos de él como si ya no estuviera ahí, y está. La manera de buscar la canción, el lenguaje para encontrarla... Y hemos vivido un tiempo común, unas luchas comunes, y hemos sobrevivido a muchas cosas juntos.

Ha seguido de cerca su evolución artística.

Él y yo somos amigos desde el año 1965, es decir, no he tenido necesidad de seguir su carrera porque todo ha sido siempre de una manera natural y cotidiana. Como con cualquiera de mis amigos, como Quico Pi [de la Serra], por ejemplo.

Este año hemos tenido dos lanzamientos contundentes suyos: sendas cajas de álbumes con toda su obra, primero en catalán y ahora en castellano. Con la gira de ‘Mediterráneo’ y estas ediciones, ¿nos está diciendo que se encuentra en un momento de pararse a mirar el camino andado?

De pararme no tengo ningunas ganas porque pienso que mientras uno vaya en bicicleta ha de seguir pedaleando. No tengo ninguna necesidad ni sensación de obligatoriedad de seguir, ni de parar, y mirar hacia atrás no me hará más feliz que mirar hacia adelante.

Hacer canciones, cuando ya has hecho muchas, ¿en lugar de ser más fácil es más difícil porque no cree que deba decir cosas que ya ha dicho?

También puedes expresar algo que ya has dicho, pero de otra manera. Que se ajuste más a ti, al tiempo. Pero sí, es más difícil. Es más difícil todo. Pero, de alguna manera, el alma no tiene tantas urgencias.

La canción ‘Mediterráneo’ se ha utilizado en muchos contextos y para muchas causas. Algunas quizá se le han escapado de las manos: en Catalunya se usó hace un año en un dirección política, contra el 1-O y el independentismo, y usted saltó enfadado.

Sí, se te escapan pocas cosas, y todo puede volver a su lugar.

¿No fue grave?

Graves son otras cosas que pueden pasar. Todo se reconduce. A veces ha pasado algo así con alguna canción mía. Alguien que la ha tratado de situar en un punto determinado sin que yo estuviese de acuerdo. He salido siempre al paso, y creo que también ha salido al paso el sentido común de la gente, que sabía que yo no podía estar ahí.

Respecto a Cataluña, ¿tiene la sensación de que su posición política le ha alejado de una parte de su público tradicional?

Respecto a esto... Yo no soy el amo de la voluntad de los otros. Suficiente tengo con tratar de hacer las cosas como creo que las he de hacer, de la mejor manera posible y con la mayor claridad que pueda hacerlo. La respuesta de los demás es la respuesta de cada cual. No entró a juzgar ni eso ni las razones ni los condicionantes en los que se mueven los demás.

¿Está preocupado por la situación que vive el país?

Sí, porque este ‘impasse’ hace mucho que dura, y porque a veces tengo dudas muy serias de que alguien quiera hacer política en serio, que los políticos quieran hacer política, y que no estén preocupados por hacer otras cosas. Dudo de que el interés más grande sean los ciudadanos y que no haya otros intereses que se pongan por delante. Y siempre me han dado mucho miedo los salvadores de quien no quiere ser salvado.

¿A qué políticos se refiere?

Especialmente, que quede claro, a todos aquellos que se sientan profesionales o señalados con el dedo de las mayorías, o de las minorías. A aquellos que, más que hacer política, hacen agitación, y que más que preocuparse por cosas por las cuales un político es electo, están más preocupados por otras cosas. Que probablemente no corresponden a la voluntad de la mayoría de la ciudadanía.

No se siente optimista.

No, no lo soy. Creo que vivimos una época, desde hace bastante tiempo, en la que el descrédito en general es muy grande, y es la época del fracaso de la política. Si alguien puede sentir que forma parte de la política, vive o es testigo de un momento de absoluto fracaso. Porque es imposible hablar de política en un tiempo en que el consenso no vale, de ninguna de las maneras, y en que solo la victoria importa. Esto es lo más alejado de la política.

Bien, después de los conciertos del Fòrum y de la pausa navideña, su gira se retoma en el 2019 y vuelve a Latinoamérica.

Sí, hasta finales de marzo. Y para más adelante no tengo nada decidido.

¿Hay un Serrat compositor en marcha?

Es lo que me gustaría potenciar cuando hayan pasado todos estos conciertos. Probablemente me gustaría ver en qué punto me encuentro y qué es lo que me gustaría hacer. Potenciando esta vertiente. Y cómo me gustaría hacerlo. El cómo también tiene mucho peso.

Dentro de unos días le aguarda un cumpleaños potente.

Uy, sí, pero no puedo hacer ninguna fiesta guapa porque tengo a los hijos desperdigados, y si no están los hijos, la cosa no tiene mucha ‘trempera’... Pero, bueno, mi mujer y yo lo celebraremos, sí.