El 'hombre fuerte' del Reino de León

El eterno antagonismo entre las ciudades de León y Valladolid suele zanjarse, por parte de los naturales de la primera de ellas, aludiendo al hecho de que la segunda fue fundada... por un leonés. Para muchos, la figura del conde Ansúrez, además de la estatua en bronce que preside la plaza mayor pucelana, solo equivale al ‘benefactor’ de la capital del Pisuerga, aunque una exposición que puede verse hasta mayo en el Archivo Municipal de Valladolid amplía considerablemente esa idea y evidencia sus grandes capacidades políticas, estratégicas y diplomáticas hasta convertirlo en una de las figuras señeras de los siglos XI y XII en la península ibérica.

La muestra Ego Comes Petrus. Pedro Ansúrez, caballero leal, se inauguró en noviembre y ha sido montada con motivo del noveno centenario de la muerte del personaje. Al frente de la iniciativa está Eduardo Pedruelo, director del Archivo Municipal, quien recuerda cómo la institución acostumbra a organizar, cada año, una gran exposición relacionada «con el papel del archivo en el contexto cultural de la ciudad». Así, el año pasado se dedicó al famoso poeta vallisoletano José Zorrilla y este, a Pedro Ansúrez a cuenta de la citada efeméride. La muestra revela una figura «totalmente desconocida para el gran público», dice.

«La imagen que la gente tiene de Ansúrez es la de que fue el fundador de Valladolid y de varias iglesias de la ciudad como Santa María la Antigua; Santa María la Mayor, germen de la catedral; el Puente Mayor... así que lo que hemos hecho ahora, sin renegar de esa tradición, es bucear en su verdadera personalidad y en el papel que desempeñó en su época a la luz de los documentos», explica Pedruelo. El resultado de la investigación ha ofrecido «aspectos sorprendentes», dice, para ciudadanos y visitantes. En primer lugar, que Valladolid ya existía antes de Ansúrez aunque era tan sólo «una pequeña aldea del alfoz de Cabezón de Pisuerga». «Fue, eso sí, el gran dinamizador de esa localidad —avisa—, llevándola a otra dimensión al convertirla en destacado nudo de comunicaciones, el centro de un territorio más dinámico».

UN MAGNATE PRINCIPAL

Pero la exposición desvela también otras facetas de Ansúrez: por ejemplo, confirma que vio la luz en la capital leonesa, pese a que en varios lugares se hace constar que nació en el propio Valladolid, y ante todo prueba que fue uno de los principales caballeros del rey Alfonso VI y de su hija Urraca. «Desempeñó mejor que otros los deberes que entonces se exigían a una persona de su linaje, del gran magnate que era —desgrana el director del Archivo Municipal de Valladolid—. Entre ellos, el de auxiliar al rey en la guerra contra los musulmanes. Fue un caudillo militar que siempre estuvo al lado de Alfonso VI en sus victorias y en sus derrotas: por ejemplo, acompaña al monarca en su exilio toledano y allí está muy pendiente de las noticias que llegan de León y Castilla. Es el primero en saber que el rey Sancho ha muerto frente a las murallas de Zamora y mata a cuanto emisario traía la noticia para evitar que Alfonso VI fuera retenido por ello como rehén... También está presente en la conquista de Toledo en 1085».

En ese sentido, fue un decisivo organizador del amplio territorio logrado entonces, y ello «mediante la fórmula de las tenencias. Hay que pensar que, con la anexión de Toledo, el reino se amplió notablemente, y él fue responsable de la elevación de las fortalezas que jalonan el río Duero y otras, como las de Cuéllar e incluso Madrid».

Otro de sus deberes era el de consejero real, y por eso su nombre figura en importantes y variados documentos. «Contemporáneo del Cid, es uno de los firmantes del contrato de arras entre Rodrigo Díaz de Vivar y su esposa Jimena», ejemplifica Eduardo Pedruelo, y advierte de otras de las múltiples cualidades de Ansúrez exhibidas en la muestra. «En un documento se dice que era ‘docto en lenguas árabes’ y también sabemos que era el encargado de llevar a cabo el ingrato trabajo de cobrar, para el Reino de León, las parias o impuestos que debían pagar los reinos de taifas». Pedruelo hace hincapié en su especial relación de amistad con Alfonso VI, y en el hecho de que se criaron juntos en la capital leonesa.

«Era miembro de la poderosa familia de los Banu Gómez, condes de Carrión, lo que entonces se llamaba ‘el país de los carrioneses’, y que iba desde la Liébana hasta el Pisuerga, con toda la Tierra de Campos. Está documentado cómo su padre, Ansur Díaz, compró unos solares en la ciudad de León para edificar allí un palacio», amplía Eduardo Pedruelo, y alude también a su curiosa ‘gestión’ catalana: gobernó el condado de Urgell en nombre de su nieto Armengol VI y allí desplegó una hábil estrategia conquistando Balaguer y pactando con el conde de Barcelona Ramón Berenguer III. «Fue lo que hoy llamaríamos un ‘hombre de Estado’», sintetiza el director, quien manifestó su deseo de que la exposición puede desplegarse también en León, para lo que buscarán una ubicación adecuada.

Documentos y libros de Valladolid, León, Huesca, Barcelona... tanto originales como facsímiles, pueblan Ego Comes Petrus junto a dibujos del ilustrador Miguel Díez Lasangre, y su horario de apertura es de 10.00 a 14.00; viernes de 10.00 a 14.00 y de 19.00 a 21.00; y sábados de 12.00 a 14.00 (festivos cerrado). El Archivo está en la vallisoletana calle Santo Domingo de Guzmán.