Diario de León

EMILIO ÁLVAREZ VOCALISTA DE NASHVILLE

«Nos gustaría convencer a los que no nos han oído»

Los leoneses Nashville presentan su disco homónimo de debut hoy en el Babylon, en el que dan rienda suelta a su pasión por la música sureña con tanta creatividad como respeto al género.

Los integrandes de la banda leonesa Nashville. VIRGINIA AGUADO

Los integrandes de la banda leonesa Nashville. VIRGINIA AGUADO

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pacho rodríguez | león
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 Merece la pena este viaje a Nashville solo por fumarse unas canciones con el humo de la cigar box, caja de puros hecha guitarra, de Miguel Ontoria (fabricada por él mismo). Solo por escuchar y ver a Toño Pinchos con su armónica invitando a una danza tribal rocanrolera. Solo por dejarse llevar por el oficio de Víctor Bass y Manuel Muñiz como tandem rítmico bajo y batería. Solo por dejarse llevar a territorios poderosos de rhythm and blues en la voz de María José Porto Merygin. Y solo por oír canciones que en la voz y guitarra de Emilio Álvarez suenan como capítulos de historias terrenales de personajes sin herencia, a veces enraizadas en el desapego y otras sumidas en la esperanza de la huida.

—Empezaron dos y ahora son seis. ¿Fueron las canciones las que hacen que el dúo rápidamente se transforme en banda?

—Creo que era el proceso de evolución lógico del proyecto. La semilla estaba plantada y nos hemos limitado a ver cómo iban brotando las hojas. El formato acústico y reducido tenía un encanto especial y un montón de ventajas por otra parte, pero creo que todos teníamos en la cabeza que si el proyecto tenía recorrido, solo podía ser a través de enriquecerlo con todo lo que aportan todos y cada uno de los miembros de la banda…

—¿Encontraron su estilo en una idea de rocanrol sureña?

—Al arrancar algo de cero tienes que buscar un punto de partida en común y en nuestro caso, ese punto es el amor por la música americana, música de raíz, del delta…. Allman Brothers, Muddy Waters, Blackberry Smoke... son bandas que nos apasionan y evidentemente condicionaron indudablemente la dirección del trabajo que arrancamos. No te diré que es una forma de vida porque eso es una estupidez, pero sí que es cierto que la música que escuchas es algo que te acompaña en tu día a día y de alguna manera te marca…

—¿Hay canciones que piden su idioma o salen así?

—Sin duda, el idioma universal del rock es el inglés. De ahí que haya temas compuestos así. Pero también tenemos claro que si queremos comunicar algo a la gente, al publico potencial que una banda local como somos nosotros puede tener, tenemos que hacerlo en español.

—¿Son conscientes de que trabajan un estilo que tiene bastante aceptación?

—Tenemos nuestras dudas sobre eso. El rock en cualquier vertiente tiene esa parte vital que lo convierte en algo enérgico, si bien hoy en día no se si su estado de salud es el mejor.

—La idea del disco, ¿siguió algunos patrones?

—No hubo un patrón definido. Sí que llevábamos el material muy trabajado y definido, pero la labor de producción en el estudio fue esencial para terminar de darle el acabado final.

—¿Cuáles son los sueños inconfesables de Nashville?

—Poder pagar el local de ensayo el mes que viene. No, en serio, somos demasiado mayores para soñar nada que no sea seguir disfrutando escribiendo canciones y tocándolas en directo donde se pueda.

—¿Habrá sorpresas en el repertorio en concierto?

—La idea del disco era precisamente esa, reflejar lo más fielmente posible lo que cualquiera que nos vea se va a encontrar. Solo hay un tema del disco que hemos «vestido de gala» con la colaboración de un maestro como Julio Aller al piano. En cuanto al repertorio igual se nos ocurre alguna cosa, ya veremos…

—¿Hacen alguna versión fuera de concurso de este folk eléctrico y con nervio?

—Cualquier cosa que hagas en la que intervenga la Cigar Box va a sonar a música sureña. Es la magia que tiene ese bendito cacharro. Haremos más de una versión que se escapa del esquema clásico de la música de raíz.

—Cada colaboración, en lugar de ser esporádica, se suma a la banda. . ¿Tienen muy claro ese sentido colectivo de Nashville?

—Tanto Mery como Toño aportan el brillo necesario que los temas tienen que tener. Es decir, la idea original de las canciones con sus elementos básicos (Manu en la batería, Miguel con la Cigar, Víctor al bajo…) funcionan, qué duda cabe, pero no es menos cierto que la aportación en los coros de Mery o el brillo de la armónica de Toño, hace que una vez que los oyes, demandes su presencia constantemente. Son insustituibles.

—¿Hay plan en Nashville?

—Ningún plan, salvo que este trabajo del que estamos muy orgullosos, llegue al mayor número de gente posible.

¿A quién les gustaría que le gustara este disco?

—Pues sinceramente nos gustaría convencer a los que no tienen ni idea de quiénes somos y no nos han oído jamás. La gente que lleva acompañando a la banda desde que arrancamos, son incondicionales.

—¿Por qué cree que es músico?

—Grave error. Ojala fuera músico. Yo solo soy un “muñón” (musicalmente hablando) pero muy afortunado. Y digo esto porque tengo la gran suerte de llevar ya tiempo subiéndome a escenarios acompañado siempre de musicazos con mayúsculas.

Lugar: Babylon. Calle Santa Cruz, 10.

Hora: 22.00.

Entradas: 8 euros.

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