La parroquia musical despide al bajista Pope

pacho rodríguez | león

Si de un músico hablan bien los músicos es que se está tocando el teclado de la buena gente como nota dominante. Tal vez, poco recomendable para ser una estrella del rocanrol, pero una garantía para pasar por la vida y dejar el mejor de los recuerdos. Eso definiría a Pope, bajista pionero que cantaba también, doblemente innovador entonces, en tiempos en los que en León surgía una escena que se correspondía a la nacional en grupos como Los Shadows, Los Ángeles, Los Salvajes y otras hierbas que alcanzaron más fama. Los nuestros, los de aquí, eran tan buenos como los de fuera y, aunque a baja intensidad, alguno fue profeta a la leonesa, es decir, en tierra de nadie. Ayer, en León, familiares y músicos despidieron a José Luis Cerezal Cármenes en la iglesia de Renueva, fallecido de forma repentina a los 74 años este pasado 15 de febrero.

Fundó Los Leones y posteriormente Los Dukes. E incluso en un alarde de ironía su última formación se llamó Los Duplex. Jesús García, Chus El Beatle, lo recordaba con el cariño mutuo que dice que siempre mostró Pope: Pope siempre actuó con su inseparable bajo Burns Nu-Sonic, color rojo. Fue uno de los primeros bajistas leoneses que adoptó el bajo horizontal tipo guitarra en lugar de los verticales, tipo Soloist y otros. Fue además uno de los primeros entendidos en manejar y sacar el máximo rendimiento a los equipos de sonido vocales de la época, dice, lo que corrobora una curiosidad que mantuvo hasta el final. La sorpresa de su fallecimiento hará que se le eche de menos en sus sitios de visita obligada para un amante de lo leonés. Porque, como también recordaba Chus El Beatle, Pope era una buena persona, amigo de sus amigos y del prieto picudo, su tinto favorito. Asiduo de Casa Blas y de El Barín de Eva en la calle Sampiro de León.