Diario de León

PATRIMONIO

Comienza la resurrección de San Isidoro

La Semana Santa retrasará el inicio de las obras para ampliar el museo.

La Cámara de Doña Sancha, reabierta en junio, tras recolocar en ella las pinturas que fueron arrancadas de sus muros. MARCIANO PÉREZ

La Cámara de Doña Sancha, reabierta en junio, tras recolocar en ella las pinturas que fueron arrancadas de sus muros. MARCIANO PÉREZ

León

Creado:

Actualizado:

Dibujos de cómo quedarán la Torre de la Cámara del Tesoro, La Cilla y La Cámara del Tesoro, según el proyecto del arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade.

Actuar con naturalidad y emocionar. Son los principios básicos que mueven al arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade, autor del ambicioso proyecto de reforma del Museo de San Isidoro. Tras hacer lo propio con el Museo Arqueológico Nacional de Madrid logró duplicar el número de visitantes. El inicio de las obras que cambiarán la fisonomía interior de la colegiata, previstas inicialmente para finales de este mes, podrían verse aplazadas por la Semana Santa.

Los trabajos, que rozan el millón de euros y presumiblemente llevará a cabo la empresa Decolesa —aún no es oficial— permitirán triplicar el espacio expositivo, de los 1.200 metros cuadrados actuales a 3.200.

El proyecto de Rodríguez Frade, que tiene una larga experiencia en museos y recibió el Premio Nacional de Restauración por su trabajo en el Palacio de Carlos V, en la Alhambra granadina, transformará por completo el museo leonés. Resolverá, en primer lugar, el complicado acceso, que obliga a establecer turnos de 25 personas para las visitas.

La ampliación de San Isidoro, que sufragan la Fundación Montemadrid y el Cabildo, permitirá mostrar los ingentes fondos de la joya del románico, muchos de los cuales no se han podidos exponer por las limitaciones de espacio. La reorganización del museo permitirá dar sentido al espectacular tesoro de San Isidoro, una colección que se remonta a los reyes Fernando I y Sancha; patrimonio que enriqueció su hija Doña Urraca.

La colegiata alberga desde piezas arqueológicas de época romana a una impresionante colección de ternos renacentistas, de plata hispana y americana, así como el icónico cáliz de Doña Urraca, el gallo de la veleta o las arquetas y relicarios, sin olvidar la Biblioteca Renacentista, con cientos de manuscritos y volúmenes tan especiales como la Biblia visigótico-mozárabe del año 960.

La expansión de un museo

La reforma, que la Fundación Montemadrid ha postergado más de una década, permitirá «salvaguardar la integridad de las colecciones actualmente expuestas en el claustro o incluso en el patio, previendo para ellas un espacio interior, así como homogeneizar las cotas del edificio para hacerlo accesible», explica la memoria descriptiva de Rodríguez Frade.

Con el nuevo acceso, la zona de venta de entradas y la tienda se trasladarán a la sala de la Adoración Nocturna. Para ganar metros, se va a recuperar un hueco existente en fachada y otro situado en la zona norte del actual espacio de acogida.

En el claustro y el Panteón Real se colocarán las piezas más pesadas —como la colección de lápidas y estelas romanas—. La ampliación exige intervenir en una serie de estancias y capillas, tanto en planta baja como en planta primera, actualmente en uso por la Hospedería o sin uso determinado. En muchos casos, se trata simplemente de limpiar e iluminar estancias. El resultado final posibilitará la exposición de un gran volumen de colecciones de las que actualmente sólo se exhibe un pequeño porcentaje. Además, se «dotará de un adecuado acceso a la pieza fundamental de la Real Colegiata: el Panteón Real», según consta en el proyecto. El Museo ‘anexionará’ las capillas de los Salazares, la de los Vacas, la de San José, la de San Ignacio, La Cilla, la de la Magdalena y la de los Omaña.

El lugar donde se celebraron en 1188 las primeras cortes parlamentarias de la historia y donde Alfonso V promulgó hace mil años el Fuero de León no dispone hasta la fecha de ninguna sala que recree dos acontecimientos tan excepcionales, que pasan desapercibidos para los 150.000 visitantes que anualmente entran en el museo.

La reforma del museo pondrá fin a la magna rehabilitación de San Isidoro iniciada en 2001 con la restauración de la Torre del gallo y el asombroso descubrimiento de que la veleta era de origen persa-sasánida del siglo VI. Nadie pensó entonces que los trabajos se prolongarían casi durante 20 años.

tracking