PATRIMONIO
De objetivo nazi a la Lista Roja
Hispania Nostra mete en su nómina de ‘ruinas’ el poblado minero de Peña del Seo, construido en los años 40 El asentamiento carece de protección .
Imagen de archivo del poblado minero de Peña del Seo, que se encuentra en riesgo de desaparecer. DL
Fue objetivo nazi. Era la época en la que los espías al servicio de Hitler y los aliados controlaban las explotaciones de wolframio, un preciado material usado para evitar el recalentamiento de cañones y ametralladoras y para endurecer los blindajes de
los tanques. En los años 40 prosperó, al amparo de una mina de wolframio, el poblado minero de la Peña del Seo, en un paraje en medio de la nada, a unos 20 kilómetros de Corullón. Un asentamiento abandonado en los setenta. Este enclave fantasma figura desde ayer en la Lista Roja del Patrimonio. Ha sido incluido en la nómina de ‘ruinas’ que elabora Hispania Nostra por tratarse de uno de los pocos poblados mineros y de arquitectura industrial de la provincia de León. Carece de protección —no es Bien de Interés Cultural— y las edificaciones amenazan con desplomarse.
Originalmente estaba formado por 41 viviendas familiares de 60 metros cuadrados, con dos habitaciones, un baño con ducha, una pequeña cocina, salón comedor y despensa. «Gracias a la existencia de una cocina calefactora con calderín todas las viviendas disponían de calefacción y agua caliente. Tenían luz eléctrica a 125 voltios», explica Hispania Nostra en su web.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial provocó una ‘fiebre del wolframio’. Cuando no eran los alemanes los que lo compraban a través de intermediarios, eran los aliados quienes, a pesar de no dominar la aleación del wolframio con el acero, pujaban por el mineral para que no terminara e el bando enemigo. Así fue cómo el descubrimiento de una mina en la Peña del Seo en 1940 llevo a construir en 1947 un lavadero inicial, «dotado de un molino de rodillos, una mesa de lavado y un tromel (criba)». El asentamiento de la Peña del Seo, también llamado poblado de la Piela, comenzó a construirse en 1952 y a habitarse en 1953. Pese al cierre de la mina cinco años después, en él continuó viviendo el guardián junto a su familia, encargándose del buen mantenimiento de las instalaciones, hasta que en el año 74 abandonó el poblado, lo que produjo el expolio y, con el paso del tiempo, el derrumbe progresivo. Hoy las instalaciones se encuentran en estado de ruina total.
El escritor Raúl Guerra Garrido en El año del wólfram contaba que «hay tres cofres enterrados en la peña, uno lleno de oro, otro lleno de azufre y otro lleno de nada, vacío. El que encuentre el del oro se hará rico para siempre, pero si encuentra el de azufre se pierde, irá al infierno para siempre, pero peor si encuentra el vacío, vagará para siempre no sé si por aquí o por el purgatorio, y un purgatorio sin esperanza es peor que el infierno». En los cincuenta un puñado de mineros enfermaron y murieron al encontrar azufre.
El wolframio sigue siendo un mineral cotizado, empleado sobre todo en la fabricación de móviles. De hecho, una de las quince minas que quedan en activo en la provincia es de extracción de este mineral.
La Peña del Seo es el primer enclave leonés que ingresa este año en la Lista Roja. En total hay 48 monumentos y enclaves arqueológicos leoneses en la nómina ‘de la vergüenza’ de Hispania Nostra.