la gran casa del arte en león
El vientre de Botines: una pinacoteca, un dragón y un secreto
El edificio acoge en seis salas la mejor colección privada de arte de Castilla y León.
Botines es un gigantesco dragón, al que se accede por sus fauces. Así lo sostiene el profesor César Álvarez García, quien ayer hizo un extraño anuncio. «En unos meses o en un plazo máximo de un año se dará a conocer un descubrimiento de primera magnitud sobre Botines y Gaudí». Es un objeto que estuvo en el emblemático edificio y que resulta revelador sobre la relación del creador y su obra. No dio más pistas. Según algunas fuentes, podría tratarse de un mueble, cuyos propietarios descubrieron muchos años después un secreto.
Botines, que ha recibido 220.000 visitantes en los dos años que lleva funcionando como museo, inauguraba ayer seis nuevas salas. La primera, dedicada a los maestros antiguos, con obras de los siglos XV al XVII, donde destaca La Magdalena penitente, de la escuela de Juan de Borgoña. La segunda sala, copada por Goya, exhibe 30 de los 80 Caprichos que componen la serie, realizada a partir de las planchas originales. La sala central aborda el retrato en el siglo XIX, con obras como la Adversidad de Ramón Casas o Retrato de dama con sombrilla, de Raimundo de Madrazo. En las siguientes estancias se entremezclan costumbrismo (Sorolla), paisajismo (Aureliano de Beruete) y luminismo (José Navarro Llorens)
Se trata de la mejor pinacoteca privada de Castilla y León, según el presidente de Fundos, Jorge García. 70 obras maestras seleccionadas entre las 5.000 que atesora la fundación que gestiona el museo, actualmente depositadas en los antiguos almacenes de Caja España y que en un futuro podrán verse en exposiciones temporales y otras seis salas que acogerán las primeras vanguardias, Dalí y la Divina Comedia, los movimientos pictóricos de postguerra, los grandes nombres del arte contemporáneo, las segundas vanguardias y una sala dedicada a Vela Zanetti.
El alcalde de León, Antonio Silván, que inauguró oficialmente la tienda online de Botines, recordó que se cumplen 125 años de un edificio, «pero nos queda mucho por enseñar». Destacó que en el primer año de funcionamiento del museo el edificio de Gaudí recibió 87.000 visitantes y otros 133.000 el siguiente.
César Álvarez García, quien ha donado una importante biblioteca a Botines, afirmó que el edificio leonés se ha considerado injustamente una «obra menor» de Gaudí. Sin embargo, toda su simbología y geometría están ya en esta construcción temprana del genio catalán. El profesor de Historia del Arte de la ULE afirmó que Gaudí convirtió Botines en un palacio de invierno, con exagerados tejados; y que también dio la réplica a Rodrigo Gil de Hontañón, autor del vecino palacio de los Guzmanes. «Concibió Botines como el palacio del cuento de San Jorge, también como la cueva del dragón y como el dragón mismo».