PREMIO CERVANTES
El Quijote cuerdo de Ida Vitale
«Mi devoción cervantina carece de todo misterio», dice la poeta uruguaya . al recibir de manos de Felipe VI el Cervantes Es la quinta mujer ‘del club’.
Los reyes aplauden a la poeta uruguaya Ida Vitale tras recibir el Premio Cervantes 2018. BALLESTEROS
«Muchas veces lo que llamamos locura del Quijote, podría ser visto como irrupción de un frenesí poético». Así lo cree Ida Vitale (Montevideo, 1923) que se fundió ayer con Cervantes y sus criaturas imaginarias en la universidad de Alcalá de Henares. Lo hizo agradeciendo al padre de la novela «su respeto por la poesía» y destacando la fuerte conexión con «la realidad» de su universal personaje. En una inclemente y lluviosa mañana, la poeta uruguaya, la quinta dama del ‘club Cervantes’, recibía de manos del Felipe VI el más alto galardón de las letras hispanas. Lo hacía «emocionada» y «agradecida» a los «seres benévolos y palpables que movieron las piezas de un superior ajedrez, situándolas en posición favorable».
Protegida con una bufanda blanca y con un largo abrigo negro, Vitale subió animosa al estrado del Paraninfo complutense y admitió que le apetecía más «abrazar que hablar». «Decir ahora no me nace», confesó. Pero habló, con mucha pasión y su marcado acento uruguayo, pero también en francés e italiano citando a Baudelaire y a Ariosto, a Dante, Homero y Garcilaso.
Estuvo acompañada en la solemne ceremonia por su hija, Amparo Rama, y dos de sus nietas Emilia y Nuria. Llamó la atención la ausencia de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, que dedicó la jornada a preparar el segundo debate electoral, como los demás líderes políticos, y delegó en Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno y la más alta representación institucional tras la corona en la ceremonia.
Glosó Vilate la «enajenación» del caballero andante, pero advirtió que «pocos personajes han sido, como Quijote, habitados -más que obsedidos- por lo real».