CRISIS EN LA ENTIDAD
La SGAE, expulsada durante un año de la confederación mundial de entidades
La Confederación Internacional de Sociedades de Autores ha aprobado por una aplastante mayoría sancionar a la entidad española
Los peores augurios se han confirmado y la SGAE ha sido expulsada esta madrugada de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores. La decisión ha sido aprobada en la asamblea de Tokio por una gran mayoría: 3.580 votos a favor y 346 en contra. Algunas delegaciones latinoamericanas habían propuesto aplazar la expulsión hasta después de la asamblea semestral que la SGAE celebra el 24 de junio, una prórroga que se veía en la SGAE como una última esperanza de salvación, pero la votación ha sido aplastante. La decisión de la CISAC, no obstante, señala que la exclusión puede quedar anulada si se constata, tras esta asamblea de junio, que se han resuelto todas las irregularidades que la confederación ha denunciado.
La exclusión por un año está motivada por la gran preocupación de la CISAC ante el funcionamiento de una entidad en la que, entre otros aspectos, y tal como señala el comunicado, está ejerciendo un trato discriminatorio hacia parte de los socios y está aplicando un procedimiento de reparto de manera no equitativa. En el fondo del asunto está la rueda de los programas nocturnos de televisión. Aun así, la expulsión de la confederación internacional no impide a la entidad española seguir usando los mecanismos electrónicos para que no queden bloqueadas las recaudaciones de autores españoles en el extranjero ni las de los autores extranjeros que SGAE gestiona en territorio español.
Según testimonios presentes esta madrugada en la asamblea de Tokio, la reacción de la presidenta Pilar Jurado al conocer la resolución no ha sido la más educada. Estamos muy disgustados porque ha llamado mentirosos a los miembros de la delegación latinoamericana, comenta un directivo. Ha perdido las formas, que nunca se deben perder, añade esta fuente que insiste en que el dictamen de la asamblea no está castigando a la actual presidenta sino a la entidad española pues, aunque se valoran los esfuerzos que haya realizado la nueva mandataria en sus escasos meses al mando, el funcionamiento de la SGAE no ha cambiado lo suficiente. De ahí que traslade a la asamblea de socios del 24 de junio la decisión de aprobar las modificaciones introducidas en los estatutos o seguir expulsada del mapa mundial de las entidades de gestión.