Diario de León

patrimonio

Apuntalan la escalera del Palacio de Grajal de Campos

El alcalde afirma que han pedido presupuesto a dos empresas para reforzar los cimientos del edificio El arquitecto niega que haya peligro de hundimiento.

La escalera del Palacio de Grajal, apuntalada y con andamios, se encuentra en un delicado estado. JORGE MARTÍNEZ MONTERO

La escalera del Palacio de Grajal, apuntalada y con andamios, se encuentra en un delicado estado. JORGE MARTÍNEZ MONTERO

León

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Es la ‘joya de la corona’. La monumental escalera en forma de ‘U’ del Palacio de Grajal de Campos llevaba años a la espera de una restauración. Ha llegado el dinero y también los problemas.

Dos subvenciones de la Diputación y la Junta —por una cuantía de 80.000 euros— pretendían salvar esta obra arquitectónica repleta de símbolos. Pero su delicado estado, con grietas y fisuras que se han agrandado en las últimas décadas, han obligado a apuntalarla. El arquitecto Ramón Cañas afirma que desde el inicio de los trabajos estaba previsto el recalce de la escalera. Admite que están «cosiendo» los muros y que hay fisuras, pero rechaza que exista peligro de derrumbamiento.

No concuerda con la versión del alcalde, el veterano Francisco Espinosa, que lleva años empeñado en poner a salvo el edificio renacentista. «Hubo un hundimiento y, ante el peligro que pueda correr la escalera, el arquitecto mandó parar la obra. Hemos tenido que pedir presupuesto a dos empresas para reforzar la cimentación del subsuelo, a unos seis metros de profundidad», explica.

Pese a los andamios y puntales, la escalera, que posee una labra en piedra única y una yesería de alto valor, no se ha cerrado a los visitantes.

Ramón Cañas reconoce que la geografía del subsuelo, que está completamente horadado, supone una complicación añadida para el palacio. Y es que las bodegas bajo las casas son un elemento singularísimo de Grajal de Campos, que tiene todo su subsuelo socavado por sus túneles desde hace siglos. Por si fuera poco, la escalera no solo se asienta sobre un suelo frágil, sino que su interior oculta un estrecho pasillo que daba acceso a los dueños al oratorio, lo que complica el equilibrio de este monumento.

UN MONUMENTO POR 6 PESETAS

El Palacio de Grajal de Campos fue un auténtico ‘campo de pruebas’ del Renacimiento en la provincia leonesa. Construido a comienzos del siglo XVI por el señor de Grajal, Hernando de Vega, fue encargado a los arquitectos Cristóbal y Lorenzo de Adonza. Y es que Hernando de Vega fue uno de los hombres de confianza de Carlos I, uno de sus secretarios más fieles. Viajó por toda Europa y se empapó de las nuevas ideas renacentistas para aplicarlas en Grajal. Está construido en dos etapas y el interior del palacio muestra verdaderas maravillas arquitectónicas, como las arcadas, cornisas, balaustres, corredor... El palacio lo concluirá su hijo, Juan de Vega, virrey de Sicilia.

La escalera está decorada con motivos simbólicos como los hipopótamos alados que representan la toma de Túnez en la que se utilizó artillería anfibia. El palacio ha venido arrastrando un extenso rosario de abandonos e incluso estuvo a punto de venirse abajo. Hace dos décadas el Ayuntamiento de Grajal llegó a ofrecer el complejo palaciego a Turespaña para ser transformado en Parador Nacional. En aquella fecha se estimaba que la reparación integral del edificio no bajaría de los tres millones de euros. Y, desde entonces, las patologías se han agravado.

Monumento Nacional desde 1931, en 1998 el pueblo de Grajal de Campos adquirió el palacio en un penoso estado de conservación. Pagó a la familia propietaria el simbólico precio de 6 pesetas.

El profesor de Historia del Arte Jorge Martínez Montero ha contado el siglo XVI de un modo muy diferente: a través de sus escaleras monumentales. En su extenso trabajo Escaleras del Renacimiento español, el Palacio de Grajal de Campos ocupa un lugar preferente.

Imagen de archivo de la escalera. SECUNDINO PÉREZ

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