Diario de León

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Eduardo Arroyo y Jonás Pérez se reúnen en Gijón

El Museo Evaristo Valle acoge ‘Piedra’, comisariada por el leonés Luis García, con 57 obras de ambos artistas.

Imágenes de archivo de los artistas leoneses Eduardo Arroyo y Jonás Pérez. JESÚS F. SALVADORES

Imágenes de archivo de los artistas leoneses Eduardo Arroyo y Jonás Pérez. JESÚS F. SALVADORES

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Dentro del ciclo expositivo Presencia-ausencia, que el Museo Evaristo Valle viene desarrollando alrededor de destacados artistas plásticos ya fallecidos, se encuentra esta muestra que, con el título de Piedra, recoge 41 esculturas de Jonás Pérez (Valle de Mansilla, 1932-Robles de Laciana, 2017), así como 14 aguafuertes, estarcidos, litografías y xilografías y dos esculturas de Eduardo Arroyo (Madrid 1937-2018), descubridor y mentor, junto al comisario de la muestra Luis García Martínez, del arte primitivista de Jonás. La exposición pretende exaltar, reconocer y homenajear a Jonás Pérez, arropado por una pequeña selección de piezas del propio Arroyo, siendo su hilo conductor la piedra, como soporte de la obra de ambos artistas.

La muestra, que puede verse hasta el 29 de septiembre, ha contado con la colaboración de la Diputación de León, el Instituto Leonés de Cultura, y los herederos de ambos artistas.

A principios de los años 90, Arroyo comenzó a buscar por talleres de toda Europa viejas piedras litográficas, que intervino durante un proceso de tres años, dando como resultado 102 estampas que integran iconos empleados a lo largo de toda su carrera sobre los diseños originales de las planchas. Con ello rindió homenaje al descubridor de la litografía, Aloys Senefelder, cuando se cumplían 200 años de su invención en 1996.

También a comienzos de los años 90, Arroyo regresó al pueblo leonés de Robles de Laciana, lugar al que le unían vínculos familiares y en el que tenía una casa donde pasaba largas temporadas. Allí descubrió el quehacer artístico y se convirtió en mentor de su vecino Jonás Pérez, obrero jubilado que empezó a trabajar la piedra de forma autodidacta cumplidos los sesenta años, empleando la talla directa incluso en materiales de gran dureza, que revelan el proceso de creación de unas obras de tratamiento esquemático y simplificación formal en los volúmenes.

El material con el que Jonás trabajaba era residual: rocas, piedras y cantos rodados que le regalaban amigos o que él mismo se encontraba, seleccionados por medio de un proceso complejo que implicaba el descubrimiento de la potencialidad expresiva de la materia en sí misma, dando lugar a una rica y sugerente iconografía en que la mujer, el hombre, los animales, la naturaleza, el amor o la muerte, entre otros, son sus protagonistas, con el sentido del humor siempre presente en ellos.

Después de un riguroso estudio y catalogación por parte de Luis García Martínez, la obra de Jonás fue presentada por primera vez en 2011 en la muestra El primitivismo poético del ILC.

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