Yo quiero tener un millón de amigos

Si es cierto como dice el refrán que quien tiene un amigo tiene un tesoro, el Museo de la Siderurgia y la Mineria de Castilla y León es sin duda una de las instituciones más ricas pues atesora un millar de amigos, vinculados al centro a través del programa Amigos MSM.  

Este programa, que nació con el objetivo de vincular al museo con los habitantes del entorno, ha superado esa concepción inicial y ahora forman parte del mismo un gran número de vecinos de la comarca pero también muchas personas residentes en otros lugares de España y del extranjero, que se sienten identificadas con los fines y la actividad de la institución.  

Con una aportación casi simbólica, diez euros anuales, los amigos del museo disfrutan de entrada gratuita al centro y descuentos en sus publicaciones y actividades. La pertenencia al programa reporta también una información exhaustiva de todos los actos celebrados en el museo, con la recepción bimensual de la escaleta de actividades vía correo postal o correo electrónico, así como un dinámico servicio de mensajería telefónica que permite recibir a diario los carteles, programas y avisos de cuantas actividades están previstas en el centro. «Estamos muy sorprendidos por la respuesta de la gente y muy agradecidos por ello» destacan desde el museo. «No solo por la ayuda económica que supone, que siempre es importante, si no por el componente emocional que tiene, de compartir unos mismos fines e ideales en torno a la historia minera y siderúrgica de nuestra comunidad y por el respaldo al mantenimiento y la gestión del centro».  

En este sentido, no se equivocan desde el museo, ya que la vinculación con la institución de la gran mayoría de los amigos es total, y el trabajo de todos estos años ha dado sus frutos, convirtiéndoles en auténticos embajadores del museo allá donde van y en improvisados guías orgullosos cuando traen a familiares y amistades de visita al museo.  

Pero también, destacan desde el museo, «los amigos lo son de verdad, esos a los que acudes cuando tienes un problema, y al tener casi mil amigos, nos es fácil encontrar siempre a alguno entre ellos que nos resuelva una duda sobre una pieza que nos han donado, sobre un dato de alguna empresa minera, sobre una necesidad que necesitamos cubrir…»  

A ellos acudimos en numerosas ocasiones y nunca nos defraudan». «También, añaden en el MSM, como buenos amigos nos orientan sobre posibles actividades, sobre la museografía del centro y lo que es muy importante nos alertan sobre posibles fallos o errores, que detectan con gran facilidad al ser asiduos a las visitas al museo y a su programación». «Son además, uno de los principales grupos de donantes de piezas del centro».

 

ENCUENTROS DE AMIGOS

Desde el inicio del programa, el museo organiza una vez al año un encuentro con los amigos, en el que se explica a los asistentes cómo va la marcha del centro, haciendo un repaso de sus cifras principales de usuarios, actividades, incremento de la colección, mejoras en las instalaciones, etc.  

Estos encuentros se han hecho muy populares, asistiendo a los mismos cerca de trescientos amigos, ya que el centro los ha convertido en algo más que una mera reunión informativa, dotándoles cada año de actividades complementarias y muchas sorpresas.  

«Como en todo encuentro de amigos, hay momentos para hablar de cómo nos ha ido el año, de ponernos al día, pero también para pasar un rato divertido. Por eso nos gusta sorprender en cada edición, ofreciendo a los asistentes algo que jamás se esperarían dentro de un museo y en un espacio tan emblemático como la Ferrería de San Blas», apuntan desde el centro. Y la verdad es que lo logran, ya que en cada edición, y ya van once con la que se celebra hoy, los asistentes se han visto sorprendidos con ideas muy originales, por lo que la expectación cada año es mayor. El encuentro de hoy tendrá lugar a las siete de la tarde con entrada libre.