El Thyssen abre temporada con Blossfeldt, el artista que amaba las plantas
miguel lorenci | madrid
«Un clásico extraño, imprevisible y secreto». Así se refiere Guillermo Solana, director artístico del museo Thyssen-Bornemisza, al fotógrafo alemán Karl Blossfeldt (Schielo, 1865-Berlín, 1932). Blossfeldt revolucionó el lenguaje fotográfico hace un siglo captando semillas y plantas, revelando su belleza oculta. Con un inédito y vanguardista punto de vista, dotó a sus imágenes de una innovadora textura escultórica y destacó la cualidad arquitectónica de las estructuras aumentado a menudo el tamaño de sus modelos.
Sus seductoras y clásicas instantáneas, que la marca Loewe ha recuperado para empaquetar sus fragancias, son el objeto de la exposición con la que el Thyssen y la firma de lujo abren temporada. Son apenas 40 fotografías, todas en blanco y negro, de un pionero en casar arte, naturaleza y emoción. Las ha seleccionado Juan Naranjo, comisario de una muestra que estará en cartel hasta el 5 de octubre y que destaca cómo Blossfeldt «consiguió que su trabajo se convirtiera en vanguardia pese a su gran simplicidad». Naranjo reivindica a Blossfeldt como «uno de los fotógrafos más originales del siglo XX» y destaca como ganó prestigio y fama internacional gracias a Formas originarias del arte , «uno de los fotolibros más importantes del género».