Patrimonio
Lancia, el yacimiento de la desidia
Un fuego intencionado calcinó el yacimiento de Lancia en octubre. Han hecho falta once meses y un nuevo equipo de gobierno en la Diputación para hacer desaparecer los restos del incendio. El diputado de Cultura, Pablo López Presa, afirma que Lancia será su prioridad durante los próximos cuatro años.
Lancia ardió y no pasó nada. De hecho, once meses después los restos del incendio seguían intactos: maleza calcinada, la caseta de ‘vigilancia’ —que nunca ha tenido guardián—, reducida a escombros, y la valla del yacimiento, desvencijada. Pese a las promesas del anterior presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, que anunció una rápida restauración y un ambicioso plan para convertir la antigua ciudad astur-romana en un monumental museo al aire libre, Lancia siguió como siempre, víctima de la desidia.
El nuevo diputado de Cultura, Pablo López Presa, asegura que en los veinte días que lleva en el cargo se ha limpiado y desbrozado el yacimiento, retirado la caseta y reparado la valla. Afirma que Lancia será su prioridad. Reconoce que Majo reservó una partida de 235.000 euros para sacar a la luz los importantes vestigios que hoy están sepultados, tras décadas de expolios y abandono. El plan es aumentar esa partida. Sin embargo, el gran museo al aire libre no está ni siquiera sobre el papel. Así que el primer paso será sacar a concurso la redacción del proyecto que convertirá Lancia en la ‘nueva Olmeda’. La redacción del proyecto cuesta 150.000 euros y 1,7 millones aproximadamente hacer visitables los restos y erigir un Centro de Interpretación, según las estimaciones del equipo de Majo. López Presa augura que el yacimiento va a cambiar y mucho en los próximos cuatro años.
La autovía A-60, cuya construcción sacó a la luz la extensa zona baja de la ciudad romana, anuncia con grandes letreros la ubicación de Lancia. Unos indicadores que conducen a un erial que en 35 años ni siquiera ha cambiado la alambrada que lo rodea.
En junio, horas después de su toma de posesión, la nueva alcaldesa de Villasabariego, la socialista María Esther García Reguera, avisaba: «Vamos a dar guerra con Lancia». En su opinión, la recuperación de la ciudad que los romanos conquistaron a los astures es «un patrimonio que pertenece a toda la provincia» y, por consiguiente, «no debería tener color político».
La deuda de Fomento
La Junta autorizó en 2011 que Fomento tapara de forma temporal los restos descubiertos durante las obras de construcción de la A-60, pero exigió que debían ser visibles en el futuro. Algo que no se ha cumplido hasta la fecha.
El Instituto Leonés de Cultura (ILC) ha llevado a cabo sucesivas campañas de excavaciones, que permitieron sacar a la luz el mercado (macellum), termas y algunas viviendas y calles de Lancia. La investigación se completó mediante georradar y técnicas arqueoanalíticas. Bajo la autovía hay también impresionantes vestigios: un barrio industrial en el que existían fundiciones, la primera necrópolis de incineración localizada en León, un tramo de calzada romana, un horno de finales del siglo I dedicado a la cocción de tejas, otro medieval, unas termas y un edificio de planta basilical, entre otras construcciones. Miles de piezas han sido extraídas en años de excavaciones, desde monedas a molduras de mármol, ladrillos con la marca del alfarero, fíbulas, ánforas, mosaicos, restos vinculados a la época prerromana y piezas celtibéricas.
López Presa es partidario de mantener el plan para Lancia diseñado por sus predecesores, según el cual el futuro Centro de Interpretación no expondrá objetos originales, sino maquetas, fotografías, mapas y audiovisuales para explicar la importancia de la Máxima Asturiae Urbis, según Dión Casio o Validísima Civitas, como la describe Lucio Anneo Floro. Un Centro de Interpretación de Lancia y del Territorium, es decir, tanto de la civitas como de los lugares vinculados a ella, por ejemplo los vicus , los lugares de culto y las necrópolis.