La ermita románica que solo puede pagar medio tejado
La ermita de las Angustias hace honor a su nombre. Los vecinos nunca han esperado milagros, por eso desde los años 90 llevan sufragando obras en este edificio románico de Puente Almuhey, como el retablo. Acaban de comenzar los trabajos para reparar la cubierta, cuyas goteras amenazaban con arruinar un monumento del siglo XII. En junio la asociación cultural La Forja organizó un concierto de jazz en la ermita y otras iniciativas, como un calendario solidario, con el fin de recaudar fondos.
Disponían de una subvención de 5.000 euros, concedidos el año pasado dentro de los convenios Diputación-Obispado, y el objetivo era completar la diferencia hasta los 24.000 que cuesta la restauración. Pero se quedaron a 10.000 euros de conseguirlo. La citada asociación no quiere tirar aún la toalla. Mantienen abierta una cuenta en Unicaja Banco por si llegan nuevos donativos.
Sin embargo, las obras han empezado ya este mes. La disyuntiva ahora es si arreglan solo medio tejado, incluyendo la cabecera y la zona sur, que son las zonas más dañadas, aunque todo el tejado es una ruina.
El templo, situado entre Puente Almuhey y Carrizal, lleva tres años con una cubierta que deja filtrar el agua y que ya ha deteriorado la techumbre de la sacristía y algunos revocos. La situación era tan crítica que, según los expertos, el viejo tejado difícilmente habría soportado otro invierno. La asociación La Forja teme que una nueva subvención del Obispado y la Diputación no llegará a tiempo, de forma que la reparación tendrá que ejecutarse por fases. Es una solución que no convence a nadie, pero la falta de recursos no deja otra alternativa.
El santuario vinculado a la orden de Malta, cuyo símbolo aparece ‘impreso’ en el edificio, estuvo abandonado durante décadas. En los años 90, también por iniciativa popular y con una subvención de Caja España, la Diputación y el Obispado, salvaron ‘in extremis’ el bello retablo renacentista del siglo XVII.
Aquellos trabajos depararon una sorpresa. El retablo tapaba las pinturas murales que decoraban inicialmente la ermita. Se trata de un edificio cargado de simbología. Cruces de Malta, dragones entrelazados y extrañas figuras en la bóveda del presbiterio. A la restauración del retablo siguió la de la talla titular, la Virgen de las Angustias, una imagen del siglo XVIII que goza de gran devoción en la comarca.
En 2011, gracias también a las aportaciones populares, se llevó a cabo la reparación del frontal del altar, un cordobán del siglo XVIII que estaba hecho trizas.
Todas estas restauraciones están ahora en peligro si finalmente no se repara por completo la cubierta. La salvación de la ermita de las Angustias depende de reunir 10.000 euros en los próximos días para no tener que parar la rehabilitación.