Fotografía
‘La huida’ de un fotógrafo leonés
Medio centenar de fotografías seleccionadas entre más de 9.000. Quince años, cámara al hombro, en pos de peregrinaciones, religiosas y paganas, de Lourdes a Fátima, de Roma a Brasil. El Centro Leonés de Arte (CLA), espacio expositivo del Instituto Leonés de Cultura (ILC), inauguró ayer La Huida. Peregrinaciones del siglo XXI, , un proyecto del fotógrafo del Diario de León Jesús F. Salvadores.
La muestra reúne 50 obras en color y pequeño formato, un proyecto que se iniciaba en febrero de 2005 con el viaje a la Basílica de la Virgen de Lourdes (Francia) iniciando un recorrido por los grandes movimientos de las masas sociales. En los próximos días la editorial Eolas publicará un libro-catálogo que reúne más fotos de las que pueden verse actualmente en el palacete de la avenida Independencia.
La Huida. Peregrinaciones del siglo XXI se integra dentro del programa general de exposiciones que pretende poner en valor y difundir la obra de los creadores leoneses que cuentan con un trabajo creativo de gran significación, proyección y reconocimiento nacional. Previsiblemente, la exposición peregrinará por otras localidades de la provincia.
El proyecto de Salvadores es un viaje hacia las emociones voluntarias del ser humano, un estudio fotográfico y a la vez sociológico sobre las preferencias que cada persona tiene para migrar durante un periodo corto de tiempo allá donde su mente, su fe o sus pasiones le mueven.
Se trata de «lugares sagrados» para miles de personas, ya sea por cuestiones religiosas, en las que la fe y el misticismo son la base de la peregrinación, ya por la pasión por el fútbol, considerado el deporte más popular del mundo con 270 millones de personas participantes. La religión y el fútbol son los pilares principales de los destinos a los que llegan las masivas congregaciones pero, desde no hace mucho tiempo, también mueven masas los festivales de música independiente, el cine erótico, las nuevas tecnologías o las más famosas pasarelas de moda.
Así como los peregrinos viajan hacia lo que ansían, el fotógrafo viaja con ellos para retratar el espíritu que les hace desear estar allí. El viaje del fotógrafo es el de mero «espectador» activo y respetuoso, es uno más en la peregrinación, pero su cámara no apunta hacia donde apuntan las cámaras de los peregrinos, sino que ellos son los retratados, captando esos momentos del día en que la conexión con las pasiones encendidas es más fuerte.
Con un estilo fotográfico clásico pero a la vez contemporáneo, el proyecto está totalmente realizado con fotografía analógica, sin más artificios que la propia luz natural, siguiendo la estela de los grandes fotógrafos documentales del siglo XX, en la que el fotógrafo trata de documentar y reflexionar sobre la sociedad en la que vive.
La ausencia de flash obliga a jugar con la luz, a quererla, a buscarla, a medirla minuciosamente. No es capricho la ausencia de flash, sino un modo de estar sin molestar. Con la enmarcación de estas fotos analógicas en color, transferidas a papel fotográfico de gran calidad, Salvadores hace un guiño histórico, un pequeño homenaje y referencia explícita a uno de los soportes básicos y más utilizados como medio fotográfico en décadas pasadas, la diapositiva.