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MIGUEL ÁNGEL SERRANO | ACTOR

«León pudo ser algo en la cultura teatral, pero perdió la oportunidad»

El actor leonés Miguel Ángel Serrano, ha pasado por ‘La que se avecina’, ‘Cuerpo de élite’, ‘Isabel’ y participa ahora en la serie de HBO ‘Por H o por B’, actualmente en fase de producción. Confiesa que ser actor «es una profesión más de noes que de síes». Considera que León perdió una oportunidad de ser algo en la cultura teatral.

León

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Hacer La venganza de don Mendo en el teatro Español de Madrid son palabras mayores. Miguel Ángel Serrano llegó al mundo de la interpretación para quedarse. Otra parte sería lo precario de esta profesión, en la que la espuma que se ve en prime time no representa al colectivo sino más al circuito cerrado de mangoneo de representantes, productoras, marcando terreno con sus actores de cabecera y, por no compartir, perdiéndose a más del noventa por ciento de la profesión. Pero esa es otra historia. Serrano ahora, desde Madrid, pero siempre con un pie en León, tiene sus esperanzas puestas en una serie en HBO llamada Por H o por B , diez capítulos de media hora inspirados en el corto Pipas. Tiene más proyectos teatrales en cartera. . Y él recuerda como anécdota que fue monaguillo y que aquello de leer en público le parecía bien. Se ve que fue entonces cuando descubrió que más que la vocación religiosa la que le iba era la actoral. Y resulta que este tipo serio, amable, reflexivo, también es dj... Y todo es una forma de vivir.

—Un leonés, del centro, de la calle Lucas de Tuy, que de repente quiere ser actor... ¿Es cierto que casi le matan sus padres?  

—Pues yo creo que mi padre estuvo meses sin hablarme. De estar en la Escuela de León de Arte Dramático, a querer que la de actor sea tu profesión igual era difícil de explicar. Estudia una carrera, y cosas así. Igual tenían razón. Pero yo me recuerdo siempre queriendo ser actor.  

—¿Se lo recomendaría a un chaval de 16 años de ahora en León?  

—Tendría que pensárselo. Y si piensa que es lo que quiere hacer, que requiere mucho esfuerzo, que es una carrera de fondo, que ser actor es una profesión más de noes que de síes, si a pesar de todo eso sigue queriendo, puede que al final le merezca la pena todo el esfuerzo.  

—La recomendación es extensible a usted. ¿Le ha merecido la pena?  

—Aunque haya momentos de muchas dudas, incertidumbres, de pasarlo mal, creo que sí. Aunque casi mejor te lo tendría que decir dentro de diez años. Es entonces cuando te diré mejor si mereció la pena. Leí una frase que creo que viene muy bien aquí, lo explica: «No sueñes tu vida, vive tus sueños». Hay gente que confía en mí y yo tengo confianza en mí.  

—¿Qué tiene lo de trabajar ante el público que al final se convierte casi en un veneno del que no se puede escapar?  

—Yo siempre digo que incluso cuando era monaguillo me gustaba lo de leer en público. Empecé en la Escuela de Arte Dramático de León y tuve claro que quería seguir. Por eso me he formado todo lo que he podido. Con William Layton, Cristina Rota, Juan Carlos Corazza... He hecho cursos de formación de actor de todo tipo. Nuria Castaño fue mi primera profesora de voz. Tenía clara la idea de ser actor y de que para ello hay que formarse.  

—¿Sirve de mucho la formación?  

—Es que lo que sí ocurre es que hay algo de intrusismo laboral en esto nuestro. Gente que por ser famosa o salir en la televisión se hace actor. Y no saben actuar, no saben vocalizar...  

—De esos años de formación en León, ¿recuerda cómo era el ambiente teatral de León?  

—Sigo en contacto siempre con León. Puede que ahora también lo haya, pero creo que hace un tiempo León perdió una oportunidad de ser algo en la cultura teatral.  

—¿En qué se parece ser actor de microteatro o en una gran serie como Isabel?  

Se parecen en que al final lo que cuenta son los buenos resultados. Pero el microteatro, yo lo he hecho, es una experiencia muy fuerte. Todo a toda prisa. Haces una obra, eso sí, corta, muchas veces al día, con el público encima. En una gran serie todo son medios. Te viene uno con una sombrilla para que no te dé el Sol... Pero aprendes mucho también. Por ejemplo, trabajar con marcas, que eso es algo que no conoces y que no has practicado tanto cuando empiezas.  

—Hay una faceta suya que es parte del negocio. Es dj. ¿Qué música pone?  

—Pongo de todo, porque me gusta de todo. Ahora en casa estaba escuchando a Camarón y Tomatito. Lo de dj es una forma de trabajo. Pincho música de todo tipo, actual, pero puedo acabar poniendo rock duro. Empecé a los 18 años en La Raspa.  

—¿Y dónde se le puede ver?  

—Ahora mismo estoy en Pointer Madrid, en Colón. Un restaurante que también es local de música.

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