Diario de León

PATRIMONIO

La Catedral investigará el ‘cambiazo’ del rosetón

El Museo del Diseño de Barcelona rastrea sus archivos en busca de algún vestigio de la reforma que acometió Antonio Rigalt i Blanch en 1892

Uno de los trabajos de restauración de las vidrieras. RAMIRO

Uno de los trabajos de restauración de las vidrieras. RAMIRO

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En el Museo del Diseño de Barcelona buscan ya algún vestigio sobre la reforma del rosetón de la Catedral de León que se acometió en 1892 y que ha suscitado una importante polémica tras saberse que un taller catalán adulteró la pieza original. Aquel taller en el que trabajaba Antonio Rigalt i Blanch echó el cierre y sus fondos ahora permanecen en este museo catalán. No saben a ciencia cierta si atesoran algún documento, nota o vidrio que arroje algo de luz al enigma, según aseguraron a este periódico, pero su intención es buscarlo.

Al parecer, Rigalt, que había sido contratado por el ministerio como aparejador del templo leonés, recibió el encargo de restaurar la vidriera medieval leonesa. El maestro Bolinaga y un equipo de aprendices viajó hasta Barcelona para acometer los trabajos y la cristalera regresó a León completamente transformada.  

«Lo que se llevó fue una cosa y lo que volvió fue otra; eso está claro», asegura Mario González, el administrador de la Catedral. Sin embargo, González se muestra prudente y asegura que la restauración continúa y no quiere sacar conclusiones hasta que se termine el trabajo. «Ni siquiera sabemos si tendremos conclusiones suficientes cuando acabemos», apunta.  

Lo que sí que se propone el Cabildo es averiguar si el trabajo de Rigalt fue un fraude artístico y por qué falseó el rosetón. «Quizás se hizo así porque entonces las reformas se hacían de esa manera, puede ser, porque tampoco sabemos cuál fue la intención», aclara el administrador de la Pulchra Leonina. También reveló que se sabe que un empleado de la Catedral fue, tras el proceso de restauración, a la estación a recoger doce cajas de vidrios que llegaron desde Barcelona, si bien no sabe con exactitud dónde fueron guardadas entonces. «Tampoco sabemos de qué eran, si aquellos vidrios formaban parte de los ángeles o de otro lugar. Hay que contar con los criterios de restauración de aquel entonces, que quizás eran que todas las figuras fuesen igual, no lo sé», argumenta.  

La restauración del rosetón de la Catedral, que se acomete desde hace dieciséis meses, hará que vuelva a lucir casi como nueva en las próximas Navidades. Ha sido durante este proceso cuando se han detectado las anomalías que ahora salen a la luz y sobre las que se intentará aportar nuevos detalles en los próximos meses en un intento de descifrar lo que pasó en 1892.

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