OPINIÓN
El selfie de Da Vinci
En nuestra conferencia para el III Encuentro Internacional de Ocultura que organiza Javier Sierra en el Auditorio de León revelaremos la extraordinaria verdad que esconde la que fue —y para muchos todavía e— la más reverenciada reliquia de la Cristiandad: la Sábana Santa de Turín.
Se cree que la Síndone fue el lienzo mortuorio que envolvió el cuerpo de Cristo quedándose milagrosamente estampado con su imagen en las horas en las que permaneció en el sepulcro tras su crucifixión. Pero desde que esa tela fue fechada en la Edad Media con la prueba del Carbono-14 (1988), se la ha arrinconado como a un objeto sin sentido. Sin embargo, deténganse un momento a pensar. Si la Sábana Santa es un lienzo del siglo XIII o XIV, ¿quién y con qué método estampó esa sorprendente imagen no pintada en su superficie? Nuestra investigacuón para resolver ese interrogante nos ha llevado a concluir que estamos, pese al dictamen del Carbono-14, ante el objeto más excitante de la Historia. ¿Y si fuera una obra hecha por un genio? ¿Y si ese genio fue el mismísimo Leonardo da Vinci? ¿Y si la creó usando un primitivo método fotográfico? ¿Y si el rostro de la Síndone fuera el suyo propio? ¿Aventurado? ¿Fantasioso? Realmente, como mostraremos, no.
Nuestro libro, El gran secrerto de Leonardo da Vinci, contiene todas las pruebas. No estamos ante una mera teoría. Fuímos los primeros en reproducir experimentalmente todas las características «milagrosas» de la Sábana: desde la «no pintura» de la efigie a su tridimensionalidad. Desde entonces hemos reunido muchas más evidencias, presentadas en la novísima edición española del libro (2019) que presentaremos en León y que incluye un vínculo concluyente entre el celebre cuadro de Da Vinci Salvator Mundi y la Síndone. Quizá la pieza clave.
Pero la piedra angular para entender este fraude es, sin duda, la personalidad de Leonardo. En vez del genio elitista imaginado por los académicos, Da Vinci fue un tipo ingenioso, un mago, incluso un ilusionista. Y también un falsificador. Descubrimos que fue, además, un hereje que detestaba la fe cristiana y que dejó pistas de sus creencias heterodoxas en sus cuadros. Así que estamos orgullosos de presentar al público español todas nuestras conclusiones. La Sábana Santa de Turín es, en realidad, una fotografía de 500 años de antigüedad, no solo hecha por Leonardo sino a Leonardo mismo. Y para demostrarlo mostraremos una muy visual e impactante evidencia del desprecio de Da Vinci por la fe cristiana... ¡No se lo pierdan!