LA TIENDA DE LOS INENCONTRABLES
«El Bierzo es mi ancla en el mundo»
El berciano Iván Pérez celebra 15 años con una tienda única en Malasaña: Chopper Monster
A Iván Pérez un día se le descruzó el cable y lo dejó todo. Y tenía mucho: ingeniero informático de una potente empresa, gran sueldo, viajes, y cabeza de ahorrador. ¿Y la felicidad? A él, natural de Vega de Espinareda, le gustaba la cultura en general, y la alternativa en particular. Los discos, los libros, las historias de carretera, lo vintage, las bicis tuneadas, sus recuerdos bercianos escuchando radio. En aquellos tiempos su único capricho fue su Vespa. Se marcó un objetivo: «Quería trabajar en algo en lo que no tuviera jefe», dice. Y dejó su flamante puesto de ingeniero en tiempos de economía boyantes. «Mis padres me querían matar», recuerda.
Así fue como llegó a crear hace quince años en pleno barrio de Malasaña de Madrid una tienda contenedor que aparece hasta en las guías de turismo: Chopper Monster . Inicialmente, todo sobre bicicletas vintage, y ahora mismo un universo de grandes cosas y pequeñas, de 1 euro a tres cifras, para los amantes de la estética rock, pin up, garage, punk, ropa, accesorios, vinilos, libros, fancines. De lo que hay y de lo que no hay.
De hecho, para explicar la tienda afirma que «lo que me gusta ahora de lo que es Chopper es que tiene un espíritu de punto de encuentro, como si fuera un café tertulia decimonónica, donde hay días que surgen iniciativas», relata este berciano de 43 años. Por esos saraos han pasado desde el siempre interesante Pepe Kubrik, berciano en la capital, dj, escritor y más, a Edgar Reina, otro autor alternativo enamorado de León.
Referencias rock inencontrables, ropa, libros, hay de todo en su inagotable catálogo en Chopper Monster
Para contar con un material tan curioso como especializado, se detecta la mano de Iván Pérez a la hora de tratar con la clientela. «Aquí viene gente que sabe lo que quiere encontrar, otros que descubren cosas que les interesa y algunos que preguntan y si se puede se les busca lo que desean», asegura, mostrando esa faceta de tienda a la vieja usanza, en la que quien la atiende es más que vendedor.
Este berciano es además alguien capaz de reflexionar sobre los avatares del negocio. Porque ahora, al cumplir tres lustros, es consciente de que cada año puede ser crucial para un negocio. «Cuando llegó la crisis, sentí sus efectos a todos los niveles, con un bajón de ventas importante. Conseguimos superar el momento. Aunque fueron momentos difíciles como para todo el mundo. Y ahora se trata de mantenernos, porque la situación no es que se haya despejado, ni mucho menos», dice.
«¿El acierto? Eso no lo sabe nadie. Tal vez ser los primeros en algo, mantenerse... Pero el abrir como tienda única que vendía bicis choppers antiguas nos hizo muy especiales”, recuerda Iván Pérez. El otro aprendizaje que resalta es el de sus padres como pequeños empresarios con un taller y un bar en Vega de Espinareda. “Tenia ese ejemplo”, remarca. La experiencia y la prudencia le sirven también para no caer en la estrepitosa ambición: “Nunca he pensado en montar más tiendas. Es que yo no me considero ni siquiera un empresario. Soy un autoempleado. Eso sí, con un equipo de gente que hace que todo funcione mejor. Si pago algunas nóminas, eso me hace sentirme orgulloso”, reflexiona Pérez, que de todas formas advierte a los que crean en la facilidad de las cosas: «Gané en estrés, en incertidumbre, ansiedad, pero al final todo me ha compensado. Además, cuando me siento agobiado y puedo, me escapo al Bierzo. Yo vuelvo al Bierzo siempre. Es mi ancla en el mundo», remata para confirmar que esta es la aventura en Madrid de alguien que no olvida su tierra.