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UNA VIVIENDA CON HISTORIA

La casa más antigua de León sale a la venta

El edificio, del siglo XIII, cuesta 365.000 euros y se alquila por 115 euros la noche

En el siglo XVIII esta casa se ubicaba en el arrabal de San Pedro, una zona habilitada por los privilegiados hidalgos. RAMIRO

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León

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Actualmente es una vivienda de uso turístico, en la que se puede pasar la noche por 115 euros. Terraza, 3 dormitorios, 2 baños, cocina y aparcamiento privado es lo que ofrecen en Booking.com, presentándose como ‘La casita de León’ y «la favorita de quiénes visitan la ciudad». Sin embargo su historia tiene más valor que los 365.000 euros de las tres plantas —el local de abajo, en el que venden la piedra de Boñar que viste la Catedral, no está en venta—.  

Según el historiador Alejandro Valderas Alonso, es la típica construcción al estilo rural leonés, con la segunda planta volada hacia fuera para ganar espacio y que, posiblemente, incrementó sus pisos con los años,opción que obligaba a emplear materiales muy pobres en las plantas altas por la falta de cimientos. Aún intentando aligerarlo, su peso puede provocar grietas en la base, como es el caso. Ubicada en la calle San Pedro número 5, probablemente «fuese propiedad del Cabildo Catedral de León, al menos hasta el siglo XIX, cuando se vendieron a particulares en el proceso de la Desamortización», explica el profesor de la Universidad de León Alejandro Valderas.  

Y, ¿cómo era, por aquel entonces, esa zona de la ciudad? La casa más vetusta de León quedaba a escasos metros de la Iglesia de San Pedro de los Huertos, considerada por muchos cronistas la «antigua» catedral de León. Como indica su nombre, «se trataba del barrio donde vivían los hortelanos», apunta Valderas, «servidores de la catedral de León, que proveían al mercado del cabildo de los productos autóctonos».  

Hidalgos y hortelanos  

En el siglo XIII vivían en esa zona 32 hortelanos, oficio más representativo, pero también hilanderas, molineros, sastres, labradores, tejedores, carpinteros, jornaleros, buhoneras, costureros, doradores... Incluso un entonador del órgano de la Catedral, según recoge La ciudad de León en el siglo XIII, publicado en 1959 por la Imprenta Casado. Como la Puerta Obispo conectaba el barrio de San Pedro con el centro de la ciudad, también «albergaba algunos burócratas eclesiásticos y civiles», según figura en el libro.  

«El solar inmediato por el norte, era la finca denominada Carnesada: el matadero, propiedad del Obispado de León que surtía a sus carnicerías, siendo adquirido en la Desamortización por la familia Cañas», apostilla Valderas. Posiblemente el grupo de casas, que se extendía por la actual calle San Pedro, junto con la calle Panaderos, «formaban un barrio extramuros que en torno al siglo XV estuvo cercado por una muralla medieval denominada ‘Cerca de San Lorenzo’» añade el historiador.  

Si nos remontamos al 1798 podemos conocer algunos de los hidalgos empadronados en el arrabal de San Pedro. Éstos gozaban de privilegios: no pagaban impuestos, aunque podían ser simples hortelanos. Pese a ello lo más normal es que fueran rentistas o tuvieran oficios. Ejemplos son Don José Simón Pérez, «Hidalgo notorio de sangre»; o Don Eugenio Rodríguez Castañeda, «Hidalgo notorio», según data en el libro Padrones de hidalgos de los arrabales de León y lugares de su jurisdicción. Año 1798, de Vicente Cadenas y Vicent. Estos apuntes han sido cedidos por Valderas a Diario de León.  

Edificios protegidos  

Según confirma el profesor Valderas, la ciudad de León cuenta desde hace casi treinta años con planes urbanísticos que «protegen» tanto el patrimonio arqueológico como el arquitectónico, sustituyendo al modelo antiguo de gestión, que considera era «menos efectivo».  

El Plan del Casco Antiguo de León (1992) recoge las fichas descriptivas de 190 edificios con diversos niveles de protección, aunque en el 2000 se hizo otro Plan especial de mejora del casco, con más de 200 fichas del exterior del área amurallada. Finalmente, el plan de 2004 asumió estos dos planes. «Durante este periodo se han producido contratiempos, modificaciones de fichas de estos planes o rebajas en las condiciones de conservación», explica Alejandro, «que se basan en que están en mal estado, son inhabitables, o que los materiales son de pésima calidad; y motivos económicos como que mantenerlos es más caro que derribarlos y construirlos de nuevo». Según reconoce Valderas, todos son argumentos «legales», y pasan por varios filtros: el Ayuntamiento, la Comisión provincial de Urbanismo o la Comisión Provincial de Patrimonio.  

«Durante el siglo XIX se demolían las puertas de las murallas, León perdió todas menos Puerta Castillo, para que entrase más aire y se evitasen enfermedades infecciosas. En 1990 el criterio de hacer plazas mayores para mejorar la entrada a las calles permitió demoler la casa que había en la Plaza de San Pedro de los Huertos. En los años 80, entre las calles José María Fernández, San Pedro y la peatonal Josefina Aldecoa, se demolió el hospital de San Torcaz, del que aún restaban la portada en piedra de sillería, a la que no se dio importancia ni siquiera para recuperarla de la demolición», relata Valderas, por lo que en realidad los criterios de conservación del patrimonio arquitectónico han ido cambiado con el paso del tiempo.