Una exposición única
El vaso ‘mágico’ de la Edad del Cobre
León acoge ‘¡Un brindis por el príncipe!’, una de las mejores exposiciones arqueológicas de Europa
El vaso campaniforme (por su forma de campana) fue el primer fenómeno cultural paneuropeo. Una historia fascinante de hace más de 4.000 años. Una exposición en el Museo de León desvela cómo la cerámica campaniforme se extendió en la Edad del Cobre desde el sur de Escandinavia a Marruecos y de Irlanda al Danubio.
El célebre prehistoriador V.G. Childe lanzó una hipótesis sobre la utilidad de estos cuencos que tuvieron tanto éxito en el 2.500 antes de Cristo: servían para el consumo de cerveza, lo que explicaría la buena acogida y su rápida difusión. Los análisis de residuos en recipientes campaniformes en la Península efectivamente han detectado diversas bebidas alcohólicas, desde cerveza a hidromiel, así como vino de bayas.
El Museo de León alberga hasta enero una de las mejores exposiciones de arqueología de Europa. ¡Un brindis por el príncipe!, comisariada por Germán Delibes y Elisa Guerra, es una idea del Museo Arqueológico Regional de Madrid, que dirige Enrique Baquedano, en su día máximo responsable del Salón de las Artes, ubicado en el edificio Pallarés.
La muestra reúne más de 400 piezas, el 40% procedentes de yacimientos de Castilla y León, así como varios objetos inéditos aparecidos en Madrid en los últimos años y otros procedentes de las colecciones de todos los museos provinciales de Castilla y León.
«El Museo de León es el menos representado», según Delibes, a pesar de que Pallarés custodia el Ídolo de Tabuyo —que en absoluto es un ídolo—, una ‘joya’ de la cultura campaniforme. También hay vasos cedidos por el Museo Nacional de Arqueología de Portugal y del Archaeological Centre Olomouc de la República Checa.
La inauguración de la exposición 'Un brindis por el príncipe' en el Museo de León con algunos de los objetos. FERNANDO OETRO PERANDONES
Los consejeros de Cultura de la Junta de Castilla y León, Javier Ortega, y Madrid, Marta Rivera, abogaron ayer por la importancia de que las instituciones de distintas comunidades colaboren en proyectos culturales y compartan experiencias y recursos. Para ambos, esta exposición supone «el principio de una buena amistad».
Los primeros vasos campaniformes fueron descubiertos a finales del XIX. Luego habría una cascada de hallazgos por toda Europa. El hecho de que todos tuviesen las mismas características, aunque con decoraciones propias en cada zona, hizo pensar a los arqueólogos que se trataba de una misma cultura que se había ido ‘colonizando’ el continente. Finalmente, se impuso la tesis de un gran comercio interior entre pueblos. El título de la exposición —¡Un brindis por el príncipe!— hace referencia a que estos objetos eran exclusivos de las élites.
El consejero de Cultura de la Junta, Javier Ortega, ante un gran vaso campaniforme. FERNANDO OETRO PERANDONES
La exposición, que pone el broche a un año en el que el Museo de León celebra su 175 aniversario, se divide en cinco áreas temáticas: los primeros hallazgos en Ciempozuelos, Portugal y Carmona; los rasgos materiales que caracterizan el fenómeno campaniforme y su vinculación a una élite social; las estrategias de poder ligadas al control de la producción (minería, metalurgia y sal); y los diferentes usos de la vajilla campaniforme, en especial en el ritual funerario.