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El regreso de un clásico

40 años con Mario

Lola Herrera remite al teatro de los nombres grandes. Al que inundó de cultura y talento tiempos grises primero, y luego de cambio. Con ‘Cinco horas con Mario’ ha alcanzado el exclusivo nivel de la eternidad artística. Y así llega a León.

La actriz Lola Herrera ha interpretado durante varias etapas de su vida el papel de Menchu en la obra de teatro ‘Cinco horas con Mario’. DANIEL DICENTA HERRERA

León

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Esa mujer que puede que ahora esté paseando, echando un vistazo a la Catedral, es Lola Herrera (Valladolid, 1935) y es Menchu a la vez, la de Cinco horas con Mario , montaje con el que llega hoy y mañana (21.00 horas) al Auditorio. Será su único alarde turístico porque aunque ella ya vino ayer, dice que necesita descansar y «llegar bien a la hora de la función. Viajo el día antes», explica, mientras tiene una mañana de ajetreo por Madrid, médico, papeleos, la nevera vacía... Está en un restaurante. Y por la tarde, partió hacia León. No para.  

Su caso es excepcional y pertenece por derecho al cuadro de honor del teatro español. Por todo su trabajo, pero en gran parte por esta obra en la que el libro de Miguel Delibes se convirtió en una de las funciones eternas de la escena de este país. Y así, las cinco horas se han convertido en 40 años desde que comenzó a interpretar ese papel que ajusta cuentas con la sociedad y mentalidad de su tiempo y que Herrera intuye que también con el de ahora. «Es una foto fija de la época, pero a veces me sorprende, porque los humanos damos muchas vueltas pero tropezamos en la misma piedra, y hay ahora sectores de la sociedad que parecen querer que vuelva a haber muchas Menchus», reflexiona la vallisoletana.  

Esa actualización del texto a la que alude la actriz, tiene un sustento claro en la propia naturaleza del montaje, tan cuajado en su día entre Josefina Molina, José Sámano y los propios Miguel Delibes y Lola Herrera. «La base es el talento de Delibes, una persona y un escritor excepcional. Los demás aportamos algo, pero todo parte de esa genialidad que tenía Delibes», advierte la intérprete.  

«Miguel Delibes era un hombre muy de verdad. Muy de al pan, pan, y al vino, vino. Muy divertido, con un humor especial, inteligente, pesimista. Para mi, cononcerle fue un antes y un después», asegura quien sorprendentemente ha hecho poco cine, pero en teatro ha pasado por títulos fundamentales como Solas , Seis clases de baile en seis semanas , Las amargas lágrimas de Petra von Kant , Juegos de invierno , Querido salvaje, y así hasta cuatro decenas de obras en las que siempre ha deslumbrado al máximo nivel interpretativo.  

Algo que mantiene en esta nueva etapa de Cinco horas con Mario , aunque Lola Herrera casi reivindique su merecido descanso en una pelea consigo misma, en la que por cierto parece que de momento gana la Herrera actriz incombustible. Porque, aunque asegura que cuando está de viaje de trabajo no visita las ciudades por las que pasa, tiene ganas: «Siempre que voy a León me acerco a ver la Catedral. Claro que me parece una ciudad bonita. Pero es que debería empezar a ir de turista a los sitios y no así a trabajar», relata. Y resulta que esa reflexión ya la hacía, por ejemplo, hace unos cinco años cuando lanzó su libro de memorias. «Sí, pero es que al final no consigo parar, descansar. Surge algún proyecto, y cuando me doy cuenta ya estoy embarcada en él», confiesa. De momento, para felicidad de sus fans, Lola Herrera no ha decidido parar. Hoy y mañana toca en León la oportunidad de asistir a una lección magistral de teatro llamada Cinco horas con Mario . Un suceso teatral que pone en pie una mujer ocupada que reivindica la libertad. «Las mujeres no queremos ser ni más ni menos que los hombres. Queremos ser personas», dice con la misma amabilidad que advierte que se le enfría el plato, que tiene que comer.