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Literatura

Calvo Haya presenta en el Gran Café su poemario ‘La madera que arde’

Portada del libro.

Publicado por
León

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Lugar: Gran Café. Calle Cervantes, 9.

Hora: 20.30.

 

El Gran Café acoge, a las 20.30 horas, la presentación del poemario La madera que arde, del escritor cántabro afincado en La Mata de la Bérbula (municipio de Valdepiélago) Mariano Calvo Haya. El libro ha sido publicado por Eolas ediciones dentro de su colección de poesía Eria. En la presentación el autor estará acompañado del editor, Héctor Escobar, y de varios escritores.

Muchos de los poemas que aparecen en su nuevo libro son fruto de las vivencias de Calvo Haya en esa comarca leonesa.

La madera que arde está articulado en tres espacios y un epílogo, que se encuentran ligados íntimamente con las preocupaciones y las inclinaciones del autor. El primer apartado refleja la supervivencia en tiempos difíciles de los espacios naturales que acostumbra a frecuentar, teniendo un trato especial el mundo ornitológico y las montañas que lo acompañan desde sus años más jóvenes.

La segunda parte se acerca a territorios más personales, en los cuales se procura retratar con unas cuantas pinceladas su infancia, crecimiento y madurez.

El tercero de los apartados del libro se centra más en los ámbitos sociales y políticos que le han tocado vivir, o al menos vislumbrar, y con ello, aun sin querer, se acerca a la esencia viajera del autor.

En este recorrido, el título del libro, La madera que arde , no es inocente, pues en todos los ámbitos detallados el autor cree advertir el fulgor de lo que pervive, pero también la decadencia de lo que se consume, de lo que se agota hasta convertirse, si no se remedia, en cenizas imperecederas.

Incluso la fotografía que ilustra la portada, que puede ser considerada también un poema visual, conlleva la misma idea. Fue tomada en un barracón de los que aún se conservan en el campo de concentración de Majdanek, en el oriente de Polonia; metáfora sin duda de la capacidad del ser humano para convertir en ceniza esa madera viva que, en definitiva, somos todos.