Patrimonio y arte
La Catedral también tiene su pequeño Musac
El Museo Catedralicio muestra una importante colección contemporánea Eduardo López Casado se suma a la nómina
No hay nada más vigente en una ciudad que su Catedral. Que aunque parezca llegada desde el pasado, su existencia siempre es un ejercicio de actualidad. De miradas, visitas, turismo, actos religiosos, culturales. Y la de León hace todo eso como testigo de siglos, de su tiempo, con su arte y arquitectura tan impasible como perenne e imponente, pero también desde su presente. Y Máximo Gómez Rascón, como responsable de Patrimonio de la Diócesis, es artífice de que el arte contemporáneo religioso esté activo en la Sala de Arte Religioso XX-XXI del Museo de la Catedral. Ahora recibe una nueva obra donada que contribuye a que la colección cobre más envergadura.
Al igual que cuando cada año suena el órgano en el Festival, esta sala es reflejo actual del arte que supera el filtro del tiempo que no solo conserva sino que potencia su valor. Si con su presencia tiene sentido como emblema de la ciudad, como templo en movimiento cultural se hace indispensable al ser noticia cuando recibe, como ha sido esta pasada semana, un cuadro de Eduardo López Casado.
La obra representa la iglesia de Villar de Mazarife, un pueblo situado en el Camino de Santiago, que es a lo que hace referencia el cuadro, con un monseñor en el aire con los atributos de caballero de la orden de Santiago, y al fondo diversos personajes también con motivos que aluden al Camino. Los personajes aparecen retratados por el pincel de Eduardo López con un estilo realista y actual. Tal vez, sirva como dato de interés su condición de hermano de Luis López Casado, conocido como Monseñor, El pintor del Románico, fallecido hace ya diez años, para detectar el diferente estilo seguido por cada uno de los artistas en la misma condición de creadores plásticos.
Responden a cuestiones que simbólicamente han intentado clarificar el arte cristiano
Hace ya décadas, recuerda el propio Gómez Rascón, que este empeño se puso en marcha para que la Catedral y su zona museística abarcara tiempos actuales como contenedor cultural de arte moderno.
«Hay un requisito que es la calidad y que se trate de artistas reconocidos», señala Gómez Rascón para explicar el criterio que se ha impuesto como forma de garantizar el interés, además de que se haya optado por la expresión pictórica para ilustrar este apartado del museo.
En la sala actual hay obra de El Ggodo, Pablo Gago. Javier Rueda, Enrique, entre otros
Existía una laguna histórica que había que subsanar, al no contar con ninguna representativa del siglo XX. Si hubiera que encontrar un nexo común a todas las obras, estaría en la búsqueda de «la respuesta a las grandes cuestiones que, simbólica o figurativamente, ha intentado clarificar el arte cristiano a lo largo de la Historia. Aunque este lo haya hecho a la luz de la Palabra revelada, más que desde una experiencia antropológica, personal o colectiva. Afortunadamente, la colección sigue incrementándose, lo cual constituye una realidad gozosa para todos», señalan.
Y surge como expresión deslumbrante la forma en la que los responsable del museo catedralicio diocesano califican a este conjunto como Profetas de la belleza, como llamaba Pío XII a los artistas, y que en la Catedral de León forman una enjundiosa nómina de talentos.