Buscaban llevarse el retablo
Asaltan la iglesia de Castrillo de la Valduerna
Los ladrones apalancaron el sagrario y robaron varias columnas del retablo
El objetivo era el retablo de la iglesia de Castrillo de la Valduerna. Los ladrones forzaron la puerta el martes por la noche y arrancaron varias columnas del espectacular retablo del siglo XVII. También apalancaron el sagrario.
En la localidad, de 167 habitantes, nadie se percató del asalto hasta el día siguiente. El párroco de la iglesia, que depende de la diócesis de Astorga, José Ignacio Franco, prefiere no dar detalles del suceso, por temor a que otros templos y ermitas corran la misma suerte. Tampoco ha querido desvelar el alcance de los daños ni la situación en la que ha quedado el retablo.
Los hechos fueron denunciados inmediatamente a Guardia Civil, que investiga desde entonces el asalto a la iglesia, cuyo retablo, ensamblado a finales del siglo XVII y dorado en 1709, fue restaurado ‘in extremis’ hace una década por la Junta de Castilla y León con fondos Feder. El sagrario, con forma de templete con ricas columnas salomónicas, está rematado por una cupulilla de media naranja.
El retablo se encontraba en peligro y fue rehabilitado hace una década por la Junta
El retablo está realizado en madera de chopo, nogal y castaño, dorado casi en su totalidad.
Es el cuarto ‘gran robo’ contra el patrimonio leonés en poco tiempo. En diciembre hubo un intento fallido de penetrar en San Isidoro, utilizando los andamios de las obras de reforma y ampliación del museo. En mayo se llevaban un relieve esculpido en la puerta de la ermita de Robledo de Omaña, del siglo XVIII. Al quitar la clave, donde está estampado el Santo Grial, el arco de la ermita de desplomó.
Muy llamativo el saqueo que sufrió hace dos años la iglesia de Valcabado del Páramo. Los ladrones se llevaron algunos de sus valiosos tesoros, como una virgen románica del siglo XII, otra precolombina del XVI y la puerta del sagrario, con bellas pinturas en su interior.
El retablo de Castrillo de la Valduerna, cuya restauración llevó a cabo una empresa de Gijón por 79.000 euros, a punto estuvo de desmoronarse por un ataque de termitas, según explicó en su día la restauradora Paula Sánchez Ablanedo. El proceso de desmontaje fue una operación de alto riesgo y tuvo que ser cuidadosamente planificada, dada la fragilidad de la estructura. La limpieza y rehabilitación del retablo permitió descubrir el dorado impactante de una estructura definida mediante grandes columnas corintias de fustes estriados.
La hornacina central acoge la imagen de la Virgen con el Niño, flanqueada por San Miguel y San Juan. En los laterales se acomodan las esculturas de San Pedro y San Pablo, de gran calidad escultórica. Estas tallas, obras del mismo autor, son de grandes dimensiones y extienden sus manos avanzando, a modo casi de representación teatral. Según los expertos, estas tallas recuerdan los trabajos de Gaspar Becerra, quien trabajó en Astorga en el siglo XVI.