Los éxitos de actor del malagueño de Omaña

Estaba tan agradecido a Los Serrano que se apeó en marcha de la vorágine y el éxito instantáneo de la televisión. ¿Locura? «Sí, algunos lo pensaron. Pero yo necesitaba algo diferente». Lo dice Fran Perea. El malagueño, de 41 años, poco tiene que ver ni con el actor ni con el personaje de la célebre serie, «de la que guardo el mejor recuerdo», advierte. Y en parte, esa fuga le permitió volver a uno de sus terrenos naturales: el teatro. Y aunque malagueño, su corazón tiene parte de leonés, de La Utrera, en Omaña. Y así, triunfa en varios mundos pero no ha perdido ninguno de sus orígenes.

«Nosotros éramos la típica familia que se recorría España en el coche para pasar el verano. En nuestro caso, mi abuelo nos cogía a todos y para León. Me encantaba, claro. Y ahora, igual. De hecho, sigo yendo todos los años a la casa familiar», afirma.

Con Aitana Sánchez-Gijón en una obra de Lope de Vega. CHEMA MOYA

Tiene, de esta forma, Fran Perea varios frentes vitales abiertos, y en todos ellos con la apariencia de gozar de una muy buena salud. Y en cuanto a lo actoral, incluso con su faceta más rocambolesca: «Resulta que en Finlandia emitieron Los Serrano . Y aquello fue más que un éxito inesperado y de repente te ves allí trabajando, en inglés, claro, y siendo alguien más o menos conocido», relata. Se refiere, con exceso de modestia, a lo que está también pasando ahora relativo a la serie Paradise , que emitiéndose en la actualidad, registra unos niveles de audiencia espectaculares además de la aceptación por parte del público finlandés.

Pero además de la actividad musical, con la que llegará a León el próximo 5 de marzo en un esperado concierto en El Gran Café, Perea es copropietario de los teatros Luchana, participa en diferentes producciones, y, por ejemplo, este fin de semana representaba Los Profesionales , una especie de artefacto teatral, puesto que en lugar de en una sala convencional se representa en una suite de un hotel NH.

«Con los años he podido reinvertir en industrias culturales, y es algo que me gusta que así sea. Me permite ser independiente. Y, por otro lado, pronto me di cuenta de que para sobrevivir había que estar en varios frentes», afirma.

Y aunque lo practica, no le pierde el ojo a esos orígenes de actor de teatro. «Siempre digo que el teatro, al igual que la música, aporta esa riqueza añadida que es la de compartirlo y tener sensaciones únicas», afirma, lo que suma aún más interés a su paso por León, en donde recorrerá gran parte de su repertorio de más de dos décadas y su proyecto Viaja la palabra . Y también para él será especial: «Desde que tenía ocho meses de vida, todos los veranos he ido a Omaña. Mi vida está llena de recuerdos de León. Mi abuelo materno nos inculcó ese origen. Se enamoró de una malagueña, pero no dejó nunca de volver a León. Por eso, dar un concierto en León puede ser el lugar en el que más me puede apetecer tocar», dice.

Fran Perea, en el papel de Don Juan Tenorio. F. VILLAR