Por descubrir
El artista leonés convertido en trinidad
La subasta de una tabla del siglo XVI saca a la luz las tres identidades del conocido como Maestro de Palanquinos
La subasta de una obra del Maestro de Palanquinos, artista leonés contemporáneo de Da Vinci, ha puesto al descubierto sus tres identidades. La casa barcelonesa Balclis ha vendido por 62.500 euros la tabla de La Anunciación, que tenía un precio de salida de 35.000 euros.
Horas antes de la puja, Balclis, que ignoraba la procedencia original de la tabla, descubrió, a partir en las últimas investigaciones realizadas por el profesor de la Universidad de Lérida Marc Ballesté Escorihuela que La Anunciación puede ser obra del Maestro de Santiago. Lo ha bautizado así porque el santo es recurrente en su obra. El investigador catalán ha ‘recatalogado’ la obra atribuida al Maestro de Palanquinos, basándose también en los análisis derivados de la restauración del Banquete de Herodes, tabla adquirida hace siete años por la Junta para el Museo de León, tras 84 años ‘desaparecida’.
La Anunciación hasta el miércoles era propiedad del barcelonés doctor Esteve, muy conocido en el mundo del coleccionismo, quien recientemente se desprendía de Santa Catalina de Alejandría , de El Greco.
Sostiene Ballesté Escorihuela en su tesis doctoral De la pintura hispano-flamenca al primer Renacimiento en las antiguas diócesis de León y Astorga que La Anunciación pertenecería a un retablo dedicado a Santiago. El investigador atribuye al Maestro de Santiago una obra que está en el Museo de la Catedral de Astorga — El ahogo de los perseguidores de los discípulos del santo —, y otras de la antigua colección de Raimundo Ruiz, un personaje que, como apunta el expolítico y archivero Alejandro Valderas, «comerció antes de la guerra con el retablo del también leonés Nicolás Francés, que hoy se encuentra en el Museo del Prado, así como con el retablo tardogótico de San Pedro de Montes». Según Ballesté, el Maestro de Santiago pertenecería al entorno del Maestro de Palanquinos, cuya verdadera identidad es Pedro de Mayorga, aunque nunca firmó ninguna obra.
«Desde hace años se sabe que la obra de Palanquinos es en realidad un obrador con centro en León y distribución en toda la diócesis, así como en las vecinas Astorga, Zamora y Palencia», explica Valderas.
Balclis advirtió antes de la puja que la tabla de Palanquinos podría ser obra del Maestro de Santiago. Aún así, como aseguran fuentes de Balclis, la obra despertó una gran expectación y acabó alcanzando los 62.500 euros. Y ello a pesar de que este óleo sobre tabla, de 108,3 x 98,5 centímetros, tiene algunos desperfectos y repintes. La ley de protección de datos impide a Balclis desvelar no solo la identidad del nuevo propietario de La Anunciación , sino también revelar si se trata de un particular o de una institución o museo.
El historiador Gómez Moreno fue el primero en bautizar en 1908 como Maestro de Palanquinos al autor de seis tablas localizadas en la parroquia de dicha localidad, que en la actualidad se encuentran junto a las de Nicolás Francés en el retablo mayor de la Catedral de León. El Maestro de Palanquinos está considerado como el exponente más valioso del influjo flamenco en León.
En 1998 Javier González Santos desveló la identidad del escurridizo Maestro de Palanquinos: Pedro de Mayorga, un artista leonés que realizó las pinturas del primer retablo mayor que tuvo la basílica de Oviedo, sustituido en 1512 por el actual. A partir de una tabla de este retablo González Santos pudo relacionar al llamado Maestro de Palanquinos con Pedro de Mayorga, documentado en León.
Ahora Ballesté va un paso más allá. Algunas obras del Maestro de Palanquinos serían obra del Maestro de Santiago y en otras, como el retablo de Santa Marina —hoy conservado en el Museo de Bellas Artes de Asturias y proveniente de la iglesia de Santa Marina de Mayorga de Campos—, habría intervenido una ‘segunda mano’, que el investigador catalán ha denominado ya como el Maestro del retablo de Santa Marina. Así pues, hubo tres artistas leoneses bajo el nombre de Maestro de Palanquinos.