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Leonés reinventado

El poeta Pascual se hace actor en San Sebastián

Una participación episódica en ‘La línea invisible’, entre sus aventuras

León

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Dice Jorge Pacual que le va bien en San Sebastián. Y lo celebra como un azar. Aunque lo justo sería afirmar que Jorge Pascual (León, 1981) dice siempre muchas cosas. Porque es poeta, pero sería más preciso encuadrarle como una perfomance en sí mismo. En la que la cultura no se sabe si es un pretexto o un fin para expresarse. Para llegar a formular: Se ha ido el olvido/ me cabe el recuerdo de ver,/ si olvido el infinito, y de ahí a un papel episódico en La línea invisible , la serie de Antonio de la Torre, se presupone una inquietud de alguien que no para de moverse hasta que de repente encuentra algo que le conmueve y se convierte en una especie de iguana. Así, que indagando en esa aventura de actor (disciplina que ya había practicado en León)se confirma que hay otros Jorge Pascual pero están en este.

Además de la serie, y un mítico «no fumo, pero puedo fumar», que le dijo al actor Antonio de la Torre y a los de la serie, para organizar su participación en la grabación, Pascual se reinventa en la capital donostiarra después de años de intentarlo en León. «He tenido suficientes debacles humanas, artísticas y profesionales como para quejarme ahora. Cada uno tiene las suyas. Yo ahora estoy contento y orgulloso porque ahora hay proyectos profesionales que funcionan. Cuando todo sale mal hay posibilidades de que algo salga bien. Y me siento feliz por ello», anticipa.

En definitiva, porque su reinvento es sumarse a la actividad cultural de San Sebastián, y los que le van conociendo aceptan lo que ofrece. Entre otras cosas, una revisión de la ciudad y su cultura que pretende concretar en una idea aplicable. Pero antes se le cruzó esta experiencia que le lleva, cuando menos se lo esperaba, a las pantallas de las omnipresentes plataformas actuales. «Hubo un casting y me presenté», explica. Y luego, además de lo de siempre, fue descubriendo hasta el trasunto de una ciudad invadida por el cine y su famoso festival. Así surge su aventura cinematográfica y el «no fumes tanto» de De la Torre... «Resulta que me hicieron el corte de pelo con el que salgo en una de las peluquerías que trabajan en ese mundillo. Recuerdo que la peluquera, alguien muy conocida aquí, me dijo: ‘Hay que conseguir que el corte que te voy a hacer no te dé corte al salir de casa’», rescata Pascual, quien resalta con humor cómo también le dijeron que esa melenilla (la suya propia) era demasiado de vasco, que ya no se llevaba. Y en estas es cuando el célebre actor malagueño se fijó en él. «¿Tú fumas habitualmente? Pues fuma poco, que te puedes terminar mareando... Pueden ser veinte escenas», le señaló como voz de la experiencia. Y si el gran actor malagueño se fijó en el leonés, algo tendría que ver también cuando antes Jorge Pascual había dicho una frase para no perder comba: «No fumo, pero puedo fumar». En el capítulo en el que participó hace de un agente de policia en tareas de oficina.

Actividad literaria
Recibió un accésit en el premio Eugenio de Nora y ha publicado obras como ‘Manual de ultramarinos’

Pero todo esto es lo que da pie a un Jorge Pacual renovado, tal vez reconciliado también, con la actividad creativa. Aunque para hablar prefiere empezar por el principio: «Escribir es una parte importante de mi vida. Y lo sería. Pero como dice Nacho Abad: ‘uno escribe cuando tiene dinero para escribir o se lo dan’». Es decir, que entra de lleno en el sustento necesario para la vida y al menos se interpreta para ahuyentar el malditismo masoquista que no aporta nada.

Jorge Pascual en su papel interpretado en ‘La línea invisible’. DL

«A no ser que pase algo raro me veo viviendo muchos años aquí. Estoy muy a gusto, incluso en estos días... La familia está en León y claro que me apetece ir por allí, pero creo que ahora tengo que conseguir muchas cosas en esta ciudad. Con el tiempo que llevo he aprendido muchas cosas. Porque aunque conocía de su existencia y las funciones de algunas instituciones, como en otros lugares, el trabajo que se realiza por parte de los agentes culturales es muy importante. Hay agentes culturales que intermedian con artistas para que desarrollen su labor de cara a la ciudad, la cultura de la ciudad, y la propia ciudadanía. Y te sirven también para ponerte en contacto en posibles trabajos. De una forma parecida surge la colaboración en la serie», relata en torno al funcionamiento de ese tejido social vasco. Una de las ideas que desarrolla, junto a su labor literaria es ahora la de relacionar la ciudad con diferentes expresiones. Y lo hace como proyecto cultural dentro de un concepto de perfomance en el que se implica con los recursos y medios urbanos. Por supuesto, fiel a sus creencias y esencias, a través de una expresión basada en la poesía, las perfomance, las referencias literarias, el arte sonoro... Casualmente, también hay algo de idea distópica. Y que tiene como resultado la introducción de la poesía en el arte contemporáneo. Todo eso son planes en marcha. Que cobrarán la forma necesaria para ser expresadas desde el espíritu de artista libre. En definitiva, revisitar una ciudad que ahora descubre, como intentó en León, en aquellos años del Belmondo de Yago Ferreiro, todo un laboratorio.