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Música

«Lo fresco de Ópera y lo 80 de La Fuga»

Ángel Baillo lanza un vibrante disco, ‘Contraluz’, que le une a León

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León

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Este es un disco atemporal por varias razones: se presenta como futuro, habla del trabajo de diez años y conecta con el pasado de músico en León de Ángel Baillo. Así lo piensa el leonés, bajista de los mexicanos Playa Limbo, en donde su labor no se limita a instrumentista, pero que ha querido dar rienda suelta a una de su facetas creativas y que presenta bajo el título de Contraluz . Por cierto, él lo llama epé, pero cumple con esa condición inmediata de media hora de canciones encadenadas por la vibración musical constante que las dota de coherencia. Así, Baillo aparece en formato disco al más puro estilo de los de antes.

En una primera impresión directa retrocede hasta sus orígenes musicales cuando asegura que encuentra en este trabajo «lo fresco de Ópera Prima y lo ochentero de La Fuga», y que fueron sus dos primeras formaciones en los años de máxima juventud.

Entrando ya en más detalles, el propio Baillo también analiza lo que son las circunstancias personales que luego influyen tal vez más de lo que se piense en el proceso de creación: «Efectivamente son canciones que no caben ni en Playa Limbo ni en nadie que no sea yo», asegura con humor, y en referencia a su carácter tan intimo, incluso introvertido.

Recuerdo a un grande
«‘El recuerdo más feliz’ la hice roto cuando supe de la muerte de mi mejor amigo Toñín Caminero»

«Atreverme a cantarlas ha sido un reto, pues obviamente cantante no soy, ni he sido, ni seré.Aun así creo que el círculo de toda manifestación creativa se cierra cuando ésta encuentra un (o muchos) receptor, y esa ha sido mi única aspiración con sacar el trabajo a la luz», afirma.

Así, en este vuelo musical personal ha querido seguir ciertos patrones que también recuerdan a los tiempos en los que los discos se hacían en condiciones y con todas las consecuencias, que también quiere decir que el trabajo previo primaba sobre lo que ahora se puede denominar grabación discográfica cuando solo es un avance casero. De hecho, a las primeras de cambio, en este proyecto individual a la hora de repartir méritos opta por la suma: «El Equilibrista digo que somos dos porque me parece que siempre es poco honrado y publicitado el trabajo del productor, ese sujeto con el poder de transformar, variar, potenciar una canción, o incluso arruinarla... En mi caso, Aldo Muñoz ha sido pieza clave en el balance, el tono y el mood del Ep y es justo que sea reconocido así», reivindica a su compañero de grupo.

Es entonces, cuando después de los pequeños detalles aborda lo que se relaciona más con su universo musical. Y ese es amplio, puesto que formó parte de múltiples iniciativas musicales, componente de La Huella, El Secreto de Wendy, Tres Consentidos, Deicidas, colaborador en Madrid con Carlos Suárez... Y en ese viaje hacia atrás, asegura Baillo que «el pop que se representa en El Equilibrista tiene destellos (aunque no lo creas) de toda mi trayectoria musical. Desde la frescura de Ópera Prima (siempre en mi corazón), hasta los tintes ochenteros de La Fuga. Hablando de La Fuga, hay una canción: El recuerdo más feliz , que es una rumbita que compuse con el corazón roto en cuanto me enteré de la muerte de mi mejor amigo Antonio Caminero Toñín», rememora.

Aprovechando lo universal de la música y de la propia trayectoria de este músico leonés, la prueba se supera con creces cuando se le sugiere cierto parecido a la escena rock en español que casi inventaron los argentinos, y que heredan ahora los Fito Páez y compañía. Incluso se le propone cierta similitud con La Unión, asunto que resuelve a su favor. Y que tampoco tenía por qué no ser así... «En ese manojo de influencias que me imagino, cualquier compositor mete en su licuadora a la hora de escribir. Claro que aparece Páez, Drexler, Juan Perro y hasta los modernos poetas Love of Lesbian... Me imagino que todos ellos motivan desde mi subconsciente alguna melodía o algún párrafo afortunado. Tiene algunas anécdotas quizá reseñables el disco como que El rey de los tejados la compuse imaginando gente confinada viendo de noche los tejados desde sus ventanas y de milagro pudo ser incluida en un trabajo de seis canciones pero que se sumó para afortunar un número que me gusta más para un epé como es el 7», afirma.

Aunque el detonante que pudo dar forma a todo puede que sea el de un motivo indiscutible. Ángel Baillo compone mentalmente lo de «y yo que era experto en despedidas...» cuando su hija se va de México a España. Madrid, en concreto. Y una hija, claro, da para un disco.