«Quiero oír el mundo y contarlo»

Escribe, pero cada vez más, Julia Estrada Serrano adora la literatura que se sostiene en la oralidad. Y llega a una conclusión total: esa tradición oral, casi filandonesca de los pueblos leoneses, en los que se hacía literatura sin saberlo, puede conectar con el momento mágico de esa otra voz en off del principio de Memorias de África .

En esta totalidad estaría la clave. Podría entonces decirse, por simplificar, que la cuestión también es tener un mínimo de sensibilidad cultural al escuchar. Estrada Serrano es una leonesa en Guardo, pero que lleva por delante siempre su origen: Llánaves de la Reina, al que ella le encuentra también ese encanto fronterizo.

Y así, la escritora en su afán de contar publica ahora Otra tarde sin Mar , una colección de relatos que tienen la sustancia del argumento íntimo contado con la intensidad aprendida de maestros que ella pone en nombres propios con el listón muy alto: «Cuando leí Nada , de Carmen Laforet, me pareció lo mejor. Pero también Goytisolo, Marsé...».

Y así, si se indaga en lo que ella cree que hay en su forma de escribir, también apela al cóctel: «Somos una mezcla de todo lo que leemos», afirma, como buena lectora.

Y que, por cierto, en lo que respecta a la faceta de escritora prefirió esperar a estar segura en cuanto al material a dar a conocer: «Siempre quise escribir. Además, creo que, aunque sea una redundancia, el escritor siempre quiere escribir. En mi caso, vas amontonando relatos, escritos, y lo que pasa es que no te atreves a publicar», dice.

Ficción por los cuatro costados

Pero un día llega el impulso definitivo y ahora se puede leer en la voz de Julia Estada: Los inviernos cálidos le aburrían soberanamente. Este, por ejemplo, hasta ver la previsión meteorológica en la televisión después del telediario, le resultaba un tostón insoportable. ¡Con lo que ella había disfrutado viendo en los mapas las isobaras, la distribución de las altas y bajas presiones, el avance de los frentes fríos… las masas de aire y las borrascas que llegan desde el Atlántico! Incluso le ponían de mal humor los días de sol del invierno, que mueren en cuanto empieza la tarde . Y se oye bien.

Así comienza Otra tarde sin Mar , el relato que da título a este libro que la autora estaría encantada de presentar en su tierra y que por lo que dice debería de tratarse de un encuentro cargado de voces y recuerdos.

Porque, aunque lo suyo sea ficción por los cuatro costados, se ve que mantiene el compromiso de ser correa de transmisión de la tradición literaria leonesa de alguien que también apunta alto en su admirados: como Antonio Pereira, Luis Mateo Díez, Julio Llamazares, Antonio Manilla...

Así que como en la nómina de autores leoneses hay una buena alineación, aunque Julia Estrada se resista por modestia a figurar ni en un mínimo listado, este libro sí puede incorporarle a los escritores de la provincia que han sabido sumar su propio lenguaje.

Una novela será lo próximo. Aunque ella prefiere no catalogarlo como una prueba de fuego ante el éxito: «No sé lo que es el éxito. Lo único que sé es que no aspiro al éxito. Solo pretendo que lo que escribo, guste. Quiero oír el mundo y contarlo», afirma. Y vuelve a pasar que la escritura y la literatura son ese gran lugar para escucharse y entender la vida alrededor.