Tras la pista de un aviador nazi en León

Los aviones de la Legión Cóndor, con base en La Virgen del Camino, realizaban misiones a diario de reconocimiento y bombardeo durante la Guerra Civil. Un Junkers Ju 52 de la Luftwaffe se estrellaba el 17 de enero de 1939 contra el Pico Cerroso, a 68 kilómetros de León.

En el accidente perecieron cinco militares españoles y el piloto alemán. Los cadáveres no fueron bajados de la cumbre, a 1.900 metros de altura, hasta meses después, cuando desapareció la nieve. Esta es la historia real. En el cerro se conserva un monolito de mármol blanco con los nombres de los fallecidos.

El escritor leonés Ángel Pajín Álvarez, natural de Acebedo, estudió Psicología en la Universidad de Freiburg im Breisgau (Alemania), y buscaba una historia que uniera las dos localidades en las que transcurrió su infancia y su juventud, por las que siente veneración. Inspirado en aquel accidente en las proximidades de su pueblo natal, Pajín teje Las claves del dodecaedro , su primera incursión en la literatura de ficción. Autor de títulos como Sugestopedia y reprogramación de la mente: un sistema revolucionario en el aprendizaje de idiomas , Pajín, catedrático jubilado de Filología Francesa, construye una trama que transcurre en dos épocas, en 1937 y en 1964. Un relato en el que los protagonistas irán descubriendo los lazos que les unen.

Él sitúa el accidente del bombardero alemán en el Pico Mampodre, cerca de una cueva. La novela gira en torno a la extraña desaparición del piloto, así como su búsqueda, casi tres décadas después. Confiesa que los nombres de los personajes no históricos también son reales.

Se permite otras licencias, como llevar hasta Acebedo al temido Wolfram Von Richthofen, coronel al mando de la Legión Cóndor, responsable del bombardeo de Guernica y despedido con todos los honores en León por Franco.

El Frente Norte

El escritor leonés adelanta dos años el accidente del Junkers, en el momento en el que el coronel Muñoz Grandes intenta romper el Frente Norte desde el puerto de Tarna, que en la novela se llama Taranis, como el dios astur, porque a Pajín Álvarez, como filólogo —confiesa— le interesa «la etimología de las palabras». Al otro lado de Tarna combate Manuel Sánchez Noriega, conocido como ‘El Coritu’, el jefe más peculiar de los republicanos asturianos, retornado de la emigración mexicana, en la que había combatido junto al mismísimo Pancho Villa.

Pajín Álvarez deja claro que «no se trata de una novela política» y asegura que «hay personajes buenos y malos en ambos bandos». El escritor deja su huella de psicólogo en el perfil de los personajes, como Benito Lirín, un cazador de zorros que había emigrado desde Cádiz, y que el escritor convierte en un símbolo de la emigración del sur al norte, al que acusan de haber raptado al piloto alemán. Y es que en los años 30 una práctica muy extendida —explica— era matar un gato y dejar un rastro de sangre para dar caza al zorro.

El escritor leonés Ángel Pajín Álvarez. DL

En la novela se alude a la posibilidad de que el avión alemán sufriera un sabotaje, un tema que en la historia real nunca se esclareció. En la montaña leonesa siempre se contó en voz baja que el depósito de combustible había sido manipulado. La versión oficial fue una repentina niebla y la escasa visibilidad.

Las claves del dodecaedro también relata otros episodios históricos, como la ‘Noche de los cuchillos largos’, en la que Hitler consolida su poder liquidando a 85 personas vinculadas al NSDAP, el partido nacionalsocialista obrero alemán. Precisamente, uno de los protagonistas es un ‘camisa parda’, un oficial alemán de madre española que finge estar enfermo para no bombardear Guernica.

El propio autor se ha reservado un papel en la novela. Encarna a Serafín, un profesor español que decide viajar a Acebedo junto a dos alemanes y una americana, todos residentes en Freiburg im Breisgau, para desentrañar todas las incógnitas del avión y del piloto de la Luftwaffe.