«En el arte siempre hay dinero»

Blanca de la Torre es una mujer cosmopolita que reivindica el terruño, el lugar de la infancia, el de la familia y la juventud, el de ese Barrio Húmedo de entonces que ahora le sirve para poner el modo pausa a una vida viajera. Asegura que aquí desconecta.

Todo esto del encerrarse en casa, por supuesto, le pilló fuera. Porque fuera puede decirse que es su sitio. En breve se va a Roma y a Belgrado. La leonesa es una prestigiosa comisaria de arte, curadora y todas esas expresiones anglosajonas en torno a las exposiciones, galerías y museos. Sería algo así tanto una prescriptora como una catalizadora de ideas y proyectos. Y su invento es trasladar todo ese mundo hasta empaparlo de un concepto ecosocial. Así, estando en León, es una oportunidad única para conocer su diagnóstico sobre un sector cultural algo esquizoide, porque abarca tanto al artista local como al que se mueve donde circula un negocio tan potente que es de los pocos que cuando hay crisis también flota. Y es entonces cuando De la Torre, sin considerarse una rey Midas del asunto, dice una frase que puede infundir a la par tanto esperanza como terror: «En el mundo del arte siempre hay dinero. Pero hay que saber encontrarlo».

Aunque León sea lugar de reposo, para Blanca de la Torre también tiene su faceta de trabajo al pertenecer al comité asesor de adquisiciones del Musac. Y entonces ya aparece León y sus perspectivas artísticas. Desde ese prisma, al igual que el resto del equipo, se trata de ofrecer propuestas de nuevos artistas, analizar la colección a partir de las fortalezas y debilidades que se detecten y un sinfín de matices que son los que de verdad dotan de personalidad a los centros museísticos para que cumplan sus funciones.

Respecto al propio Musac, Blanca de la Torre asegura que «creo que se debe destacar que cumple su función de preocuparse por el contexto en el que se encuentra», afirma, respecto a Castilla y León como su ámbito territorial. Pero como se pedía análisis, la experta leonesa lanza su primera sugerencia: «Hace falta que en Castilla y León se entienda que la cultura es un bien de primera necesidad», afirma.

Y pone de ejemplo, para no extraer conclusiones políticas, cómo en Madrid, al margen de los apoyos al arte antes de la pandemia, ahora se han determinado 500.000 euros que servirán para adquirir obra y apoyar a los artistas de aquella Comunidad.

Blanca de la Torre reclama eso para Castilla y León y por extensión inversa para León y el Musac. Porque también cree que deben ser estos centros los encargados de gestionar estas operaciones como es el caso de Madrid, con el Centro Dos de Mayo, o en Cataluña con el Macba.

Si no es así, De la Torre tiene otra conclusión: «Tenemos artistas maravillosos en Castilla y León forzados al éxodo involuntario», afirma.

Al margen, lo que resulta fascinante en Blanca de la Torre es que pese a su perfil conectado a Nueva York, Madrid y Belgrado en próximos proyectos, implicada en el mundo y desarrollo sostenible a través del arte, conectada a la República Checa, a Polonia, que ocupó un puesto clave en Artium, en Euskadi, y que se considera itinerante en todas estas ideas, de repente, en el transcurso de la conversación, León se convierta en el lugar más importante del mundo. En su caso es por arte de arte, porque la magia la encuentra en León.