Investigan si dos obras atribuidas a Paul Gauguin son falsas
Un coleccionista y gran experto de la obra de Paul Gauguin ha sembrado dudas sobre la autoría de dos obras atribuidas al pintor francés que exhiben dos importantes museos de Estados Unidos. Ambos van estudiar la posibilidad de que se trate de falsificaciones. Las obras son La invocación (1903) que exhibe la Galería Nacional de Arte de Washington, y Mujeres y un caballo blanco (1903), del Museo de Bellas Artes de Boston. Ambas pinacotecas aceptan las obras como auténticas y presumen que fueron pintadas en las Islas Marquesas, en la Polinesia francesa, meses antes de la muerte del artista. Algo que pone en duda Fabrice Fourmanoir, coleccionista de origen francés, experto en la obra de Gauguin, y que vivió en la Polinesia durante muchos años. Está convencido de que ambas pinturas son falsas y que fueron encargadas y vendidas por el marchante parisino Ambroise Vollard a principios del siglo XX, según explica al Washington Post .
Las dudas
Fourmanoir no carece de criterio ni de credibilidad. Fue él quien ayudó a descubrir que era una falsificación Cabeza con cuernos , una escultura atribuida también a Gauguin y expuesta en el Museo Paul Getty, adquirida en 2002 por tres millones de libras y expuesta en todo el mundo.
Cuestiona Fourmanoir que Gauguin pintara una cruz en el cementerio sobre su aldea en las Marquesas, ya que había tenido un rifirrafe con el obispado católico. Además, cree que la forma en que está pintada la mujer en La Invocación es «antiestética» y «vulgar», a diferencia de las mujeres polinesias del imaginario de Gauguin, y que nunca la habría pintado con vello púbico. Tampoco le convence la forma en que ella se inserta artificialmente en el lienzo, en lo que llama un «conjunto no inventivo» sin simbolismo coherente.
Sobre Mujeres y un caballo blanco dice Fourmanoir que su firma es «muy débil», y destaca que la vegetación de fondo es más típica de Tahití que de las Marquesas, donde Gauguin vivía cuando se suponía que la había pintado. Además, no está claro cómo llegaron las telas a Europa alrededor de 1908.