La Catedral se queda sin obras por falta de turistas
La caída de ingresos en la taquilla impedirá acometer nuevas restauraciones
El desplome del turismo este verano dejará a la Catedral de León sin restauraciones. Las cifras han caído a la mitad, según el administrador del templo gótico, Mario González. Y, por consiguiente, los ingresos han descendido en la misma proporción.
La taquilla —los 6 euros que cuesta la entrada normal— financia la mayor parte de las obras que se realizan en el edificio. Este año el primer monumento de la ciudad cerrará con las peores cifras en décadas. El 1 de junio la Catedral reabría sus puertas tras 78 días de cierre obligado por la declaración del estado de alarma; casi tres meses sin hacer caja.
El Cabildo estimó que durante el confinamiento el templo gótico dejó de ingresar 400.000 euros. La taquilla se cerró antes de la temporada alta, que coincide con la Semana Santa, una de las épocas del año con mayor número de visitantes.
El verano, pese a que el norte ha estado de moda, tampoco ha dejado suficientes ingresos en la Catedral; una época en la que los peregrinos —sobre todo alemanes e inglese— hacen parada obligada en el templo gótico con el mejor conjunto de vidrieras medievales del mundo. El año pasado, en cambio, agosto fue el mes ‘estrella’, con 51.864 visitantes. El edificio cerró el pasado ejercicio con 1,4 millones de euros por la venta de entradas.
Mal verano
Gracias a una subvención de la Diputación, la Catedral ha podido afrontar la sexta fase de la ‘operación pináculos’, con un presupuesto de 20.000 euros. Es una de las pocas obras que se llevarán a cabo en el monumento este año. También se ha mantenido —a menor ritmo— la restauración de vidrieras.
El arco de triunfo espera
De momento no hay fecha para iniciar la rehabilitación del trascoro, una de las construcciones más fastuosas de la Catedral. Los trabajos los financiará íntegramente el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE), dependiente del Ministerio de Cultura, que empezó hace dos años a escanear este auténtico arco de triunfo. Una intervención a la que destinará 60.000 euros, para recuperar el esplendor que ha perdido esta joya bajo una gruesa capa de polvo acumulada durante siglos. La suciedad impide ahora contemplar el brillante alabastro y los dorados de esta colosal construcción erigida para ‘arropar’ el coro.
En febrero de 1577 el Cabildo encargaba a Juan de Juni y Esteban Jordán «vestir» los ornamentos del imponente trascoro con el que la Catedral recibe hoy a los visitantes. Aunque resta visibilidad al templo, al estar ubicado en el corazón del edificio, la delicadeza de los maestros que lo diseñaron lo convierten en una auténtica maravilla del Renacimiento.
Durante años los historiadores han debatido sobre la participación de Juni en el trascoro. Su prematura muerte le impidió cumplir el encargo de la natividad de Nuestra Señora y las figuras de San Pedro, San Isidro y San Froilán. Sin embargo, la participación de Juan de Juni en este conjunto escultórico parece ya fuera de toda duda. Los expertos consideran que a él pueden atribuirse los profetas y tres sibilas.