Ensayo general de un genio
Jonathan Notario inaugura ‘Paraíso perdido’ en el Centro Leonés de Arte del ILC, toda una panorámica de su evolución artística y la primera gran demostración de un talento total
Lo de Jonathan Notario en el Centro Leonés de Arte, incluso por sus propias palabras por la posibilidad de expresar su obra en las salas del recinto del ILC, es una totalidad de lo que hace. Y apunta a suceso cultural. A uno de esos encuentros con un creador que deja el poso de los grandes. Diríase que asistir a ver su trabajo, que se podrá ver hasta octubre, es acudir al ensayo general de un genio. Paraíso Perdido es de esas exposiciones que podrían incluir por derecho el epígrafe de ‘No se lo pierdan’.
Y lo mejor de todo es que él lo explica como una jugada de avance, de evolución. Mientras el espectador se ve abrumado por tanto talento, se le oye decir: «Estos cuadros me gustan también porque con ellos me permiten decir que sé pintar», asegura con la duda de la modestia sincera que solo tienen los más grandes.
Notario es leonés de la cosecha del 81 . Es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca en 2004. Y ha recibido varios premios y menciones como la beca Vegap, Propuestas 2013, el Premio Injuve 2010, el Premio de Artes Plásticas de la Universidad Complutense 2010, el primer premio Carriegos de artes visuales 2010, o el premio de adquisición de obra en el certamen de jóvenes artistas de Castilla y León. Es, en definitiva, una trayectoria en la que su originalidad, a medio camino entre el pop, el diseño, un inventado arte publicitario cargado de ironía, o una inmersión hacia el clasicismo convierten su obra en un creativo aire fresco que a veces cotidiano se convierte en original, y que combina a la perfección la calidad con el arte como entretenimiento.
La exposición sirvió además, según señaló Pablo López Presa, diputado de Cultura, para confirmar la puesta en marcha de todo el ILC en sus diversas instalaciones. Luis García, también del equipo gestor del ILC, remarcó el estar «ante un artista de trayectoria», dijo. «Jonathan Notario crea su mundo y aporta desde la ironía y la crítica, lo que serían soluciones a los problemas del ser humano», añadió.
Por su parte, Notario declaró que «es un lugar ideal para que se vea mi obra en amplitud. Para que se aprecie mi evolución, mi punto de partida. Para mi, el arte es un refugio en el que huyes de la realidad». Y también aseguró que reivindicaba la labor artesanal del artista que hace todo . Y así se puede comprobar, de principio a fin, hasta ese último cuadro en el que el leonés detecta que surge un después, que además le lleva a pensar que «aunque nunca lo he dicho, creo que soy un artista romántico, en el siglo XXI, pero como los artistas del siglo XIX», dijo.
Mediante una gran variedad de técnicas y soportes como la pintura, el dibujo, la fotografía, el vídeo y la instalación, Notario reflexiona especialmente sobre el papel de la tecnología como sistema genérico de control directo sobre el hombre, sistema que en última instancia puede acabar por eliminar su libertad y su voluntad.
«Utilizo el arte como un juego de simulación desde el cual poder reflexionar sobre el ser humano, cuestionando la forma en la que la ficción y la realidad se relacionan entre sí», ha expresado el autor.
Para ello emplea una labor «didáctica, relacional, empática y respetuosa con el espectador, y siempre mediante la creatividad y el humor», enumeró.
De este modo, el artista leonés hace uso de la pintura, el cómic, la fotografía, la videocreación y las escenografías, y de materiales como madera, cartón, papel y plástico, con técnicas artesanales y de bajo presupuesto.
«Busco para «simular procesos de representación industriales o estandarizados de alta gama y presupuestos colosales, como son los de la industria juguetera, el merchandising, el mundo del cine, la industria del libro, la creación de parques temáticos...», explicó.
Aunque la mejor alternativa es acudir a ver Paraíso perdido y salir empapado de arte actual.