Final de Red Bull
El leonés Bnet defiende el lado artístico del rap
Puede ser el primer bicampeón de la historia de la Batalla de los Gallos
El rapero de origen leonés Bnet vuelve a la Final Internacional de Red Bull Batalla de los Gallos con la posibilidad de revalidar el título y convertirse en el primer bicampeón de la historia, con un mensaje claro sobre su manera de entender la disciplina desde un punto de vista «artístico», ligado al «rap» y no enfocado en «insultar al rival».
Javier Bonet ‘Bnet’ atiende a Efe en República Dominica en las horas previas a la Final Internacional de 2020, a la que llega como vigente campeón tras su hazaña el año pasado en Madrid. «Estoy tranquilo. No soy ni consciente de que estamos en la ‘Inter’. Cuando tengo una batalla importante no soy como otros competidores que se tiran varios días ‘rayados’. Vivo el día a día con normalidad, no miro más allá», declara.
Doce meses después de proclamarse mejor improvisador del mundo en habla hispana, el madrileño se subirá «a rapear» igual que lo hizo en el WiZink (Madrid) ante 17.000 personas, aunque más «tranquilo», según cuenta. «Siempre me lo tomo con calma, pero el año pasado sí me sentía más presionado. Ganar en mi ciudad era una oportunidad casi única. Este año tengo otra mentalidad. Solo pienso en disfrutar de mi participación».
Aunque, lógicamente, le gustaría ganar, antepone su filosofía por encima de los resultados: «No vengo a llevarme la ‘Champions’ como sea. Yo voy a jugar bien al fútbol y solo espero que cuando acabe la gente piense ‘qué bien juega’. Ojalá ese papel me lleve a ser bicampeón, pero mi objetivo es bajarme del escenario, sea cual sea mi posición, conforme con el contenido que he ofrecido».
Sobre la deportivización de la improvisación, Bnet mantiene intacta la postura con la que se crió: «Creo que un resultado es solo eso, un resultado. La nuestra es una disciplina muy abstracta, mucho más subjetiva que el fútbol, donde si meto el balón en las redes es gol. No hay un criterio exacto para definir el arte. Yo estoy centrado en esa parte artística, en el contenido y en el nivel más puro, y no en la deportiva». Por cierto que Bnet es seguidor de la Cultural.
En una edición repleta de competidores de primer nivel llegados desde todos los rincones del mundo, la variedad de estilos, culturas y corrientes es más amplia que nunca. Y, aunque Bnet admite que «estaría bonito volver a encontrarme con ‘Mau’», también recuerda que él mismo es su mayor oponente: «Por suerte o por desgracia, yo trato de enfocar la batalla más contra mí que contra mi rival».
Sin insultar
En esta misma línea se argumenta su discurso, «más enfocado en el ‘freestyle’ libre y en tratar de improvisar rap que en la batalla». «Busco que la gente piense en lo bien que rapea Bnet y no en cómo me insulto con el otro», justifica. «Desde el momento en el que me di cuenta de que el ‘freestyle’ estaba avanzando en la dirección competitiva, decidí recorrer ese camino haciendo las cosas a mi manera. Trato de demostrar que hay torneos, resultados, ganadores y perdedores, pero que esto no deja de ser arte», manifiesta Bnet.
Reconocido de forma unánime dentro de la industria como un soplo de aire fresco y un perfil completamente diferente al de la mayoría de competidores modernos, Bnet se ha servido de los carriles que han extendido el movimiento hasta convertirlo en el fenómeno de masas actual desde un punto de vista rompedor. «Mucha gente dice que innovo y no lo considero así. Simplemente, estoy volviendo a la raíz. Entiendo el ‘free’ tal y como nació, como un subgénero del hip-hop en el que improvisas rap», expresa.
«Hoy las batallas se han convertido en mucho más. Hay gente simplemente batallera y son competidores de la hostia. Pero esa corriente del ‘freestyle’ ni me gusta, ni me representa. En este circuito moderno, con toda la evolución que ha experimentado, trato de mantener viva la esencia y la filosofía de la gente que empezó», argumenta Bnet.
Bien es cierto que Bnet ha conseguido, con sus hitos y con la personalidad única de su estilo al rapear, conectar las dos grandes posturas del ‘free’, pero cree que la materia todavía tiene margen por recorrer.
«Es una disciplina tan amplia, tan libre, que puede incluso ampliarse el abanico».