Rubenhold: «Olvidar a las víctimas nos hace cómplices»
La historiadora norteamericana Hallie Rubenhold rescata en su ensayo Las cinco mujeres las vidas de las víctimas de Jack el Destripador, injustamente tachadas de prostitutas y cuyo olvido, asegura, «nos convierte en cómplices del asesino».
Las cinco mujeres (Roca) recupera la «dignidad» a las víctimas canónicas del asesino en serie londinense de finales del XIX, las que la policía acordó universalmente que fueron asesinadas por el que fue conocido como Jack el Destripador: Mary Ann Polly Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly.
En una entrevista, la autora señala: «No hemos escuchado las historias de estas mujeres antes porque la gente siempre ha estado más interesada en Jack el Destripador y en resolver el misterio de su identidad, como un juego, y estas mujeres son solo pistas en este misterio, como si su historia comenzara con su muerte, así que no importan, murieron para crearla».
Para Rubenhold, es «éticamente incorrecto que debamos tener tanto interés en un asesino y casi convertirlo en una estrella de rock a costa de olvidar a los seres humanos que mató, y el hecho de que tenían familias y amigos que también sufrían, y eso nos convierte en cómplices».
La intención de la autora era hacer por las historias de las prostitutas del siglo XIX lo que había hecho por las del siglo XVIII en su libro The Covent Garden Ladies pensando que eran «las prostitutas más famosas de la era victoriana, pero no había previsto encontrar una ausencia total de documentación para respaldar que tres de las cinco víctimas estaban involucradas en el comercio sexual», explica.
En cambio, se ha imaginado a menudo a Jack el Destripador como una persona ficticia: «era real, al igual que las personas que mató; y lo que en parte les ha permitido ser olvidadas es la etiqueta que les dieron de ‘prostitutas’ a los ojos de los victorianos, como mujeres defectuosas».
Asegura también la historiadora que algo muy extraño ha sucedido con Jack el Destripador, convertido en «leyenda», como si fuera un personaje de ficción, y a menudo citado junto a otros monstruos míticos como Drácula o Frankenstein.