«Crear un espectáculo de magia cuesta una vida»

Domina prácticamente todas las disciplinas de la magia; incluso, es ventrílocuo. El hispano-argentino Iñaki Zabaleta desembarca hoy en el Auditorio con ‘Íntimo’, un espectáculo para soñar y donde nada es lo que parece. El show se enmarca dentro de la Gala Unipersonal del Festival Internacional León Vive la Magia. Admirador de Tamariz, a los 8 años descubrió el ilusionismo. Ahora le dedica seis horas al día. Afirma que el truco más difícil es «conectar con la gente».

Lugar: Auditorio Ciudad de León.

Hora: 20.00.

Entradas: 20 euros.

 

—¿De qué va su espectáculo ‘Íntimo’?

—Es un espectáculo de magia y humor, en el que la participación es importante, aunque ahora —con el coronavirus— será menos activa. Incluye distintas ramas de la magia, como la cartomagia, el mentalismo, la manipulación... Es un espectáculo mágico y divertido.

—¿Es más difícil conectar con la magia de cerca?

—Yo he hecho de todo. He hecho magia de cerca en un circo en China. Y he ganado un premio mundial. No solo hago magia de cerca. Excepto grandes ilusiones, hago de todo.

—¿Falta magia en el mundo real?

—Tal vez. Yo la encuentro en todos lados, igual es porque estoy muy atento.

—¿Qué le pide un mago al 2021?

—Que abran las fronteras, porque así podré viajar; y que estemos todos bien y que la gente quiera seguir ilusionándose y conserve ese niño que llevamos dentro. La magia es un juego entre dos, entre el mago y los espectadores. Yo hago que tengo poderes y ellos hacen que se lo creen.

—¿Es la primera vez que actúa en el Festival León Vive la Magia?

—Sí, pero tengo muchos amigos que han actuado en él.

—¿Cuándo decidió hacerse mago?

—A los 8 o 9 años, cuando llegó a mis manos el primer libro de magia.

—¿Cuánto tiempo le lleva preparar un show como ‘Íntimo’?

—Una vida, prácticamente. Porque al repertorio le dedicas años y años. Me gusta llevar la magia al primer nivel y eso exige investigar y probar. Al cabo de los años uno tiene su estilo y eso es lo que más cuesta desarrollar.

—¿Cuáles son sus magos favoritos?

—Juan Tamariz es un maestro de maestros. Otros que ya no están son Billy Mccomb o Paul Daniels. Tuve de maestro a un mago aficionado, Ricardo Martín, que fue alumno de Fumanchú. También me gustan Giorhini, Chani o Pieloch.

—¿Cuál es el número de magia más difícil?

—Conectar con la gente. Luego está la técnica, como un violinista o un bailarín. Pero eso es lo que diferencia a un mago bueno de uno malo.

—¿Ensaya todos los días?

—Sí. Tamariz de dijo que un mago vive de lo que más le gusta, así que tiene que dedicarle igual que un trabajo normal, al menos seis horas. Mi trabajo es mi hobby.

—¿Sin humor no hay buena magia?

—No necesariamente. Es una cuestión de estilo, pero que hay que tratar de emocionar al público. Lo que no se puede es aburrir.

—¿Para qué escribió el libro ‘¿Quién es Iñaki Zabaleta?’

—El libro contiene 20 años de trabajo. Toda mi vida estoy ocupado y voy poco a congresos. Así que, ¿qué mejor manera de conocerme?

—También es ventrílocuo, ¿no?

—Hago un número, que con la mascarilla se ha complicado. Pero es más de comedia. Tengo la técnica de no mover la boca, pero no manejo un muñeco.

—¿Cuál es el nivel de España en magia?

—Altísimo, tal vez el más alto del mundo. Juan Tamariz fue la vanguardia y hay otros grandes.

—¿David Copperfield sigue siendo insuperable?

—Las cosas han cambiado. Es difícil mantenerse 40 años en la cima y él sigue en Las Vegas con tres shows diarios. Hay un antes y un después de Copperfield. No es un gran creador. La magia ha cambiado. Un mago con una baraja puede asombrar a miles de personas.

—¿Los magos que crean están en otra escala?

—Los hay que crean y otros interpretan, como un compositor. Pero cuando uno interpreta sus propias piezas, seguro que lo hace muy bien.

—¿No hay competitividad por los trucos?

—Sí. Pero cuando publicas un truco, ya tienes el copyright y ya los demás pueden hacerlo. Hay más información de la que uno puede absorber.

—¿Es diferente el en España, Argentina y China, los países en los que más se mueve?

—Entre España y Argentina no hay apenas diferencia. En China es diferente, no solo por el idioma, sino porque el humor es distinto. A mí me costó adaptarme, aunque ya hablo chino.

—¿Cuáles son las claves del buen mago?

—Amor por la magia como arte, la personalidad del mago y tener un mundo interior que los espectadores quieran ver.