El pintor burgalés Santiago Izquierdo expone sus paisajes meseteños en la Casa de las Carnicerías leonesa
Luces de Castilla
Las llanuras castellanas sirven de disculpa a Santiago Izquierdo (Sotillo de la Ribera, Burgos, 1948) para introducirnos en su particular universo pictórico. Sus cuadros, de colores cálidos, se basan en una sucesión de elementos horizontales, de líneas que comparten su pasión por la quietud del horizonte. Pinta el artista un eterno atardecer en los campos góticos, en los mares de tierra de Castilla. Un momento de luz entre dorado y bermejo, entre el amarillo de la mies ondulante y la negrura de la noche que viene, conforma el escenario cromático de sus cuadros, y los lleva, casi inconscientemente, al borde de la abstracción. Son las distintas gradaciones de color las que ponen el movimiento la estructura del lienzo, hay en las pinturas de Santiago Izquierdo, a pesar de la quietud horizontal que las domina, una fuerza interior, un ritmo, una cadencia que captura la mirada del espectador y le obliga a transitar por el cuadro, a sumergirse en él, a disfrutar del singular espectáculo pictórico. El pintor, que también es capaz de escribir versos, dice: «el sol de los páramos se fundió en mis ojos de niño/y me deslumbró para siempre la luz de los rastrojos;/ se pobló mi cabeza de colores y concebí un sueño:/ llegar a descifrar y pintar luego el alma de la tierra». En ello está este burgalés que reside en tierras santanderinas. Santiago Izquierdo presenta sus cuadros estos días en la sala de exposiciones de Caja España en la Casa de las Carnicerías de la plaza de San Martín. Los trabajos que podemos contemplar los ha creado el artista en los últimos dos años. «Creo -dice- que una exposición de estas características debe tener una nexo común, yo he escogido los paisajes castellanos aunque, como contrapunto, también expongo una marina, por algo vivo a las orillas del Cantábrico». Su obra ha tenido una larga trayectoria que ha partido del clasicismo, del figurativismo, para ir perdiendo elementos, sintetizando el mensaje, hasta llegar casi a la abstracción, «creo que es un proceso lógico, una evolución inevitable para un artista con inquietudes», afirma. La muestra estará abierta hasta el 23 de junio.